Los medicamentos llamados genéricos han sido objeto de variados comentarios, unos con fines comerciales, otros tratando de utilizar el tema en sus ajetreos políticos como por ejemplo oponerse al TLC y algunos, los menos, para explicar la verdad sobre los medicamentos genéricos.
A los primeros, con fines comerciales; lo entiendo porque su razón es comercial y basta señalar la compra de la Caja Costarricense de Seguro Social en medicamentos genéricos año 2003, 46.000.000 de dólares. Los segundos, la razón política; es entendible, por tratar de oponerse al TLC con este tema, señalando que “la Caja Costarricense de Seguro Social quebrará” de aprobarse el Tratado de Libre de Comercio. Nada más alejado de la verdad, la Caja Costarricense de Seguro Social no quebrará con la aprobación del TLC; por el contrario, se beneficiaría, comprando genéricos debidamente controlados y a bajo precio. Y, por último, el tercer grupo, quienes conocen el problema, incluyo mi persona, sin intereses espurios de ninguna especie y realmente interesados en la salud de los costarricenses.
En este grupo me coloco y aclaro conceptos; primero: ¿Qué es un genérico?; cuál sería su uso en medicina; si no lleva los controles necesarios señalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y entre otros informes, por la Red Panamericana y la 4rta. Conferencia Panamericana, ambas para la amortización de la reglamentación farmacéutica.
¿Qué es un genérico? Es un medicamento comercializado una vez que ha vencido la patente del medicamento innovador y que debe contener un estudio de biodisponibilidad y bioequivalencia igual al original.
Un medicamento genérico puede reconocerse porque en el envase del medicamento figura el nombre de la sustancia de la que está hecho (principio activo) seguido del nombre del laboratorio fabricante y las siglas EFG (Especialidad Farmacéutica Genérica) y que puede ser elaborado una vez vencida la patente del medicamento de marca, siempre que reúna todas las condiciones de calidad y bioequivalencia (OMS-OPS). También debe ofrecer la misma seguridad que cualquier otro medicamento. Todos los fármacos aprobados por el Ministerio de Sanidad han de pasar por los mismos controles de calidad, seguridad y eficacia en Costa Rica (nada de esto se realiza, ni bioequivalencia ni biodisponibilidad).
La única ventaja de un medicamento genérico frente a un medicamento de marca es el menor costo, ya que el genérico no requiere inversión en investigación, desarrollo y promoción.
Su uso en medicina. El uso del medicamento genérico en nuestro país no reúne los requisitos. Por ejemplo, bioequivalencia y biodisponibilidad, entre otros. Por lo tanto, su utilización en estas condiciones lo hemos criticado con conocimiento de causa desde hace mucho tiempo. Su utilización lleva un peligro, no solo al paciente, por el no resultado en su utilización, sino a la institución que por ser ineficaces en su acción, motivan prolongados internamientos hospitalarios y en muchos casos gastos excesivos en reoperaciones y muerte de pacientes.
Como ejemplo, el uso de la Warfarina que se compra como genérico, sin ningún control de bioequivalencia y biodisponibilidad procedentes de laboratorios descono- cidos como, por ejemplo, “de la India, Pakistán”, etc.
Su utilización nos ha traído problemas sumamente serios porque su utilización como anticoagulante en cirugía cardiovascular no garantiza su acción efectiva, ya sea por exceso o por deficiencias en su efecto terapéutico.
Acompaño el informe de lo que compró la CCSS, en medicamentos genéricos en el año 2003, por la Caja Costarricense de Seguro Social a laboratorios nacionales y laboratorios extranjeros, y ninguno de ellos llena precisamente los requisitos necesarios señalados anteriormente.
Recomendación para la adquisición de los medicamentos genéricos en la CCSS
Exigir a todas las casas proveedoras de medicamentos la comprobación de certificados de la bioequivalencia y la biodisponibilidad, para lo cual debe crearse un laboratorio nacional de control de genéricos, propuesto por este servidor al Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica, hace pocos meses. La propuesta fue aceptada con agrado para que sea la Facultad de Farmacia la encargada de resolver el problema. Su ubicación en la UCR garantiza su excelencia, su capacidad y honestidad de su delicada función.