Lamento mucho la muerte de Parmenio Medina, pero él no es el único que murió, también lo hizo parte del corazón de su esposa, sus cinco hijos y trece nietos, sus amigos y gran parte del corazón costarricense. También murió un pedazo de la expresión de libertad en Costa Rica y el mundo. Él predicó su muerte y nosotros como sociedad no supimos protegerlo.
Parmenio Medina advirtió que, en caso de que le pasara algo, el presidente Miguel Ángel Rodríguez, el ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, y monseñor Román Arrieta podrían dar a conocer las investigaciones que realizó. No lo dejemos morir en vano, hagan pública la información que recopiló. Los medios de comunicación y sus colegas deben seguir sus pasos en la búsqueda de la verdad.
En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.