En solo dieciocho años, Costa Rica logrará la instalación de rampas para facilitar el acceso de discapacitados al transporte público.
Las exigencias de la Ley de Igualdad de Oportunidades para Personas con Discapacidad , aprobada en 1996, deben cumplirse en el 2014 según la moción adoptada el miércoles por la comisión plena primera del Congreso, que tramita una reforma a la ley original.
El plazo inicial fijado por ley venció en el 2003, pero, a la fecha, un autobús con rampa es más raro que un ornitorrinco. Entre las razones del atraso está la falta de adecuación de las paradas en un país donde las municipalidades desaprovecharon ¢23.000 millones en el 2005.
La derrota del eje fascista tardó cinco años y apenas mediaron ocho entre el llamado de John F. Kennedy para conquistar la Luna y la proeza de los astronautas del Apolo 11. Lejos de los dieciocho años requeridos para instalar las rampas, Cortés invirtió casi dos en la conquista de los aztecas, y Miguel Ángel necesitó cuatro para pintar la bóveda de la Capilla Sixtina.
Esas comparaciones son, desde luego, injustas. La meta de instalar las rampas en solo dieciocho años es más bien ambiciosa si se considera el tiempo transcurrido desde que algún Gobierno planteó la necesidad de adoptar criterios de calidad para fijar las tarifas del transporte público.
Con todo, los plazos faraónicos no son exclusivos de los autobuseros. Ahí están la ampliación de la avenida segunda, el proyecto de circunvalación de la capital y la pista San José-Caldera, caso insólito de una vía donde los puentes cierran el abismo entre dos orillas de nada.
La ampliación de la Bernardo Soto ayuda a comprender la eternidad, e infinito es el plazo perentorio para concluir la Costanera.
El país avanza sin demasiada prisa, conforme con los logros obtenidos y ajeno a la tentación de la impaciencia. La ley, más que obligatoria, es programática. Expresa un deber ser negociable en el futuro, dependiendo de cómo se presenten los nublados del día.
En ese sentido, la Ley de Igualdad de Oportunidades para Personas con Discapacidad se presta para confusiones. En realidad, no significa que las rampas deban ser instaladas, sino que sería muy agradable contar con ellas, aunque quién sabe si en el 2014 la situación ameritará una nueva prórroga.