EscucharEl ICE ha solicitado al Banco Central autorización para endeudarse en $100 millones adicionales este año para modernizar las centrales en telefonía fija, con más de 30 años de uso, y al Poder Ejecutivo, la flexibilización, mediante decreto, de los procedimientos de contratación. Corresponde a las autoridades respectivas estudiar estas peticiones y a las de ICE, si aquellas accediesen, proceder con sabiduría. Pareciera necedad o simpleza advertirlo, pero, escamados como estamos, por los malos pasos sufridos, no está demás expresarlo.
No vamos a referirnos a las múltiples llamadas de atención de la Contraloría General de la República sobre la administración del ICE particularmente en los últimos ocho años. Comentamos tangencialmente el atraso inexcusable de la aplicación de Internet Avanzada, de tres años, según lo expresó quien la propuso, el exministro de Ciencia y Tecnología, Guy de Téramond, y nos detenemos en la reprimenda del órgano contralor al ICE, publicada el 20 de julio pasado, por la recepción de la red celular de Ericsson –$130 millones– en forma negligente, esto es, sin reparar en su insuficiencia y en las fallas de cobertura. La empresa alegó oportunamente incumplimiento del ICE en la compra de los terrenos para colocar nueve de las 16 torres, lo cual compromete aún más a esta institución. En las pruebas efectuadas por el ICE sobre la eficiencia del sistema, hubo fallas en el 83,3% de los lugares estudiados.
La irresponsabilidad de las autoridades y funcionarios del ICE sobrepasó toda medida si se tiene en cuenta que, en la recepción de la red celular de Alcatel ($150 millones), en noviembre del 2002, se incurrió en las misma negligencia. En vano la Contraloría notificó a esta institución. Esta doble conducta alegre, pública y desaprensiva, en la que se quebrantaron normas elementales, en el orden legal y técnico, debió haber tenido alguna explicación que, por supuesto, no se ha dado a conocer. Esta conducta extraña y reprensible da razón, asimismo, de nuestra información del viernes pasado, de la periodista Mercedes Agüero, cuyo título es el siguiente: “ICE priva a usuarios de modernos servicios celulares”. Hay, por lo tanto, una concatenación entre el atraso de Internet Avanzada, la negligencia en el establecimiento de las redes de celulares y en el rezago de los servicios de punta.
Según informamos, en las dos licitaciones citadas, el ICE pagó $22 millones para contar con una moderna infraestructura para satisfacer una serie de servicios que aún le debe al país, como telefonía prepagada, Internet en el celular, acceso de páginas WAP, mensajería multidimensional, portal de voz, servicios de localización y “portabilidad” de número. Además, el alto tráfico en la mensajería de texto ha congestionado las redes. Según los proveedores, la ineficiencia y la insuficiencia se originan en los errores cometidos en el diseño de las redes, lo cual, como expresamos antes, agrava aún más la responsabilidad de las autoridades y funcionarios del ICE en estos menesteres. Por otra parte, Aresep rechazó las solicitudes del ICE para ofrecer prepago e Internet móvil por cuanto arrastra deficiencias técnicas y administrativas para vender estos servicios.
¿Quedará todo esto en el misterio y en la impunidad? En los casos citados, tampoco se puede argüir insuficiencia de recursos o ataduras legales para actuar a tiempo pues todas estas fallas se cometieron, una vez firmados los contratos. Lo cierto es que el ICE cuenta con la mejor infraestructura de Centroamérica para brindar el mejor servicio, pero, por causas extrañas, apareció el fantasma no de la privatización –un tonto pretexto–, sino el de carne y hueso de la pésima gestión pública y, al parecer, de algo más… No hay duda. El desafío de la nueva administración del ICE es duro y complejo, pero digno de un país dispuesto a reconquistar el tiempo perdido.
