Retinto era su caballo

Un tiempo, ensortijado y convulso como un remolino, cobró sabor de ausencia

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Se casaron en 1918, un mes de abril. Sus padres ya habían muerto; solo vivía la madre de ella, Matilde, nieta natural de un gobernante del siglo antepasado, cuya esposa le había convencido de abolir la pena de muerte. Pese a haber llegado al poder por un golpe de Estado, su corazón reposa en una iglesia catedral.








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