Si realmente pretendemos prevenir y dar atención de impacto, la prioridad debe ser la atención integral
La salud de los/las adolescentes y jóvenes, desde un enfoque de abordaje integral, ha sido motivo de preocupación de diferentes sectores. Sin embargo, las respuestas dadas no han tenido ni el impacto esperado ni la sostenibilidad, en relación con la magnitud de los problemas que se han pretendido abordar.
Un ejemplo de esto ha sido el sector salud, donde el modelo biomédico de atención se ha hecho insuficiente ante la aparición de problemas relacionados con los cambios sociales, y que se denominan la nueva “morbilidad social”, que afectan directamente a la población adolescente y juvenil, y que se convierten, cada vez más, en motivos de consulta en los servicios de salud.
Síntomas preocupantes
Algunos ejemplos de estos problemas son los siguientes:
1) Trastornos de ansiedad, depresión, ideación suicida e intentos de autoeliminación. Hasta el año 2000, las estadísticas mostraban que aproximadamente el 11% de los suicidios ocurrían en personas menores de 19 años; sin embargo, para el año 2002, el 20% se presentaron en personas menores de 17 años. En ese mismo año, en la población en general, se presentaron 279 suicidios versus 260 homicidios.
2) Violencia: el informe reciente del Ministerio de Educación Pública, de 83.838 conductas violentas registradas de niños, niñas y adolescentes en las escuelas y colegios, ponen de manifiesto reacciones a un estado de cosas favorecedor de estas conductas.
3) El número significativo de armas de fuego en los hogares, constituye un riesgo potencial de suicidios, homicidios y otras conductas violentas.
4) Los accidentes de tránsito en que los conductores son adolescentes, que ocasionan secuelas físicas y emocionales incapacitantes.
5) Abuso de alcohol y tabaco: investigaciones han mostrado que en sétimo año de colegio el 23% de las mujeres y el 27% de los hombres han utilizado alguna vez tabaco, y que el 55% de las mujeres y el 52% de los hombres han ingerido en alguna ocasión alcohol. Es además conocido que estas son las drogas de entrada a las drogas ilícitas.
La no contención escolar
6) Expulsión escolar, bajo rendimiento académico y problemas de aprendizaje y déficit atencional: la no contención del sistema escolar, que representa que aproximadamente el 35% de los adolescentes entre 13 a 17 años no estudian, ha llevado a que los padres de familia recurran al sector salud para buscar intervenciones o tratamientos que les permitan a sus hijos(as) seguir estudiando.
7) Embarazo, maternidad y paternidad adolescente: las cifras de alrededor del 20% de embarazos en la adolescencia sigue sin cambiar, con el agravante del aumento en personas menores de 15 años, y que en el año 2002 fueron 473 adolescentes.
8) Anorexia y bulimia: patología en aumento, propia de la vida moderna de manejo sumamente complejo
9) Enfermedades crónicas: cada vez son más los niños que sobreviven con estas patologías y que requieren posterior atención integral como adolescentes
10) Sida: aproximadamente el 50% de las nuevas infecciones se dan en personas entre los 15 y los 24 años de edad.
Atención integral
Si la realidad es de tal magnitud, ¿no se justifica un proyecto interinstitucional e intersectorial eficiente que llegue a esta población? Dentro del sector salud, si realmente pretendemos prevenir y dar atención de impacto, la prioridad debe ser la atención integral, necesariamente con servicios diferenciados para adolescentes y jóvenes, integrados en todos los niveles de atención.
La Presidencia Ejecutiva de la CCSS ha mostrado especial interés en desarrollar una propuesta en este sentido; sin embargo, otros niveles no parecen comprender la urgencia y necesidad de esta tarea.
Dejar sin atención adecuada a los/las adolescentes y jóvenes, como si fueran “tierra de nadie”, es irresponsable y de consecuencias sociales impredecibles.