El estudiante Claudio Mora García parece enfrascado en una cruzada con tal de demostrarle al país que el sistema actual de ingreso a la Universidad de Costa Rica es inequitativo y favorece a los “ricos”, es decir, a los egresados de colegios privados. El primer artículo que recuerdo fue el intitulado: UCR : educación para ricos ( La Nación, Foro , 12/02/2008) en el que narraba que le habían contado que un 80% de los nuevos ingresos anuales a la institución provenían de colegios privados.
Ahora su nueva disertación ( La Nación, Foro , 19/04/2008) parece traer consigo un aleccionador “¡se lo dije!”, mas creo que termina de hundirse en una profunda confusión que parece escrita con el hígado.
Valga recalcar que lo que hayan “contado” carece de todo rigor científico y seriedad para fundamentar cualquier argumento. Creo que ya el Vicerrector de Vida Estudiantil ( La Nación, Foro, 25/02/08) nos dio luz en el asunto: sólo el 27.8% de los nuevos estudiantes para el 2008 provienen de colegios privados.
Ahora, este joven nos intenta abrir los ojos y la conciencia ante otro “gravísimo hecho”, sobre la base de cifras de aprobación del examen por tipo de colegio (42% públicos y 82.5% privados). La verdad, estos porcentajes me parecen naturales dado el statu quo de la situación de la educación media en Costa Rica.
Otro problema. El epicentro del asunto no es el sistema de ingreso de la UCR. Como ya lo explicó la Rectora en alguna ocasión, consultada por La Nación, es lo más justo que puede ser. El examen mide destrezas lógicas y aptitudes del estudiante. Obviamente la preparación a priori influye, pero eso nos lleva a otro problema y es la calidad de preparación del sistema educativo público.
Estoy de acuerdo con Claudio sobre la gravedad de la abismal diferencia de calidad entre ambos sistemas educativos, pero eso exige plantear reformas a la Educación Pública costarricense y no se va a solucionar “cobrándoles a los ricos” más en su pago semestral de matrícula. El problema de la desigualdad de oportunidades se debe trabajar desde temprano, no cuando ya la persona está formada y pretende acudir a la educación superior.
Esa propuesta, aparte de ridícula, carece de una visión holística y pragmática de la situación. Se le olvidará a Claudio que los mecanismos de financiamiento de las universidades estatales –en su gran mayoría– se basan en los tributos que los costarricenses pagamos. Así que puede estar tranquilo: el rico paga impuestos de acuerdo a su escalón social y el pobre de manera análoga. Esto lo puedo afirmar sin cifras y sin necesidad de estudiar economía.
Por otro lado, los mecanismos de la Universidad sí se ajustan de acuerdo a las necesidades del estudiante. El Sistema de Becas de Ayuda Socioeconómica apoya con porcentajes de exoneración adecuados y con estudios serios acerca de las necesidades de cada persona. Por si alguien desconoce la información, ya hay estudiantes a los que se les cobra menos de “¢30.000” al semestre, así que ese aspecto ya está implementado y por buen camino.
Soluciones integrales. Finalmente, es mi convicción que las soluciones para un problema de raíces tan profundas deben ser integrales. La retórica de algunos más bien parece un odio enraizado en la “la lucha de clases”, venda que no los deja hacer más que andar a palos de ciego, embistiendo contra lo superficial y no ahondado en causas. La UCR es la universidad de los costarricenses, no pertenece a clases sociales.
Reformar la educación pública es menester de interés nacional. Trabajemos en plantear reformas constructivas, proponer cursos de acción extensos y concretos. No es un asunto de discriminar a alguien en la Universidad por su posición socioeconómica, sino de dar herramientas para que los puestos sean ocupados de acuerdo con la capacidad de cada quien.