Karen o Anna ¿Existió realmente el Paraíso Terrenal? ¿Estaría en efecto entre el Tigris y el Eúfrates, donde ahora tiene su feudo Sadam Hussein? En este mundo hay muchos paraísos o si se quiere lugares paradisíacos y Costa Rica posee bastantes, desde la frontera norte hasta Punta Burica o Gandoca y Manzanillo.
Al final de los años cincuentas llegó a nuestra tierra una pareja formada por el sueco Nicolas-Oloff Wessberg y la danesa nacida en Maashjerq Holstebró: Karen Mogensen Fischer. Ambos quedaron fascinados al descubrir nuestra naturaleza y se establecieron en un privilegiado lugar de la Península de Nicoya. A los pocos años él murió en extrañas circunstancias que nunca fueron esclarecidas y ella falleció recientemente, a finales de 1994.
Comocí a doña Karen hace muchos años, cuando visité por primera vez Montezuma. Me encontraba acampando en Piedra Colorada cuando ella pasó con un pizote que estaba cuidando por tener una pata lesionada. Conversamos brevemente, la visité en su pequeña y humilde casa de Playa Grande y más tarde, cuando yo construí mi casa en Montezuma, solía visitarme y teníamos largas y amenas charlas sobre diversos tópicos.
Por eso cuando estoy solo por allá y veo los monos, osos hormigueros, mapaches, garrobos, iguanas y tajalines u observo los pochotes, los yayos, los guapinoles, los tamarindos o las palmas reales, me viene a la memoria su sonriente rostro y recuerdo sus palabras sobre la naturaleza que ella tanto amó.
La película. Está dirigida por el danés Peter Ringgaard y respecto a ella el crítico cinematográfico de La Nación expresa "Con un comienzo prometedor, lírico en concepto y en la imagen, narra la aventura amorosa y robinsoniana de Nils y Anna, quienes desde la Escandinavia llegan a Nicoya, Costa Rica, en 1956, para disfrutar de la naturaleza. Luego, nuevos sucesos los hacen enfrentarse al latifundismo, a la corrupción política y al aniquilamiento de indígenas, mientras su amor entra en crisis. El filme se debilita porque pierde sentido del proceso narrativo, aunque conserva precisión estética en la fotografía"...
En efecto los paisajes costarricenses como sus playas y bosques están maravillosamente filmados, pero la película contiene extrañas escenas ajenas a la verdad que perturban y producen una terrible distorsión de la realidad.
Por ejemplo, hay unos indios que se supone viven en Montezuma con pelo largo atrás y la mitad de la cabeza rapada que portan una pluma atravesada en la nariz, que obviamente no son de esos rumbos. Esto quizá sea irrelevante, pues la película aunque basada en personajes reales, es una cinta de ficción y no un documental, por lo que este desliz es perdonable.
Desprestigio internacional. Pero lo que resulta realmente inconcebible es que esta película fuera realizada con la colaboración del Centro de Producción Cinematográfica del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes de Costa Rica y que este permitiera que se incluyeran imágenes que dañan profundamente nuestra patria. Ejemplos: 1.- Hay una escena filmada en algún otro país centroamericano o en Cuba, según se desprende de la arquitectura, que muestra una mazmorra en donde un militarote prepotente arenga al pobre sueco y al fondo se ve adosado irreverentemente a la pared, nada menos que nuestro Pabellón Nacional.
2.- Otra parte del filme muestra a doña Karen (Anna en la película) cuando descubre aterrada, varios cadáveres de indios asesinados, pudriéndose en una quebrada o riachuelo, cerca de su casa, lo que le produce un aborto... 3.- Un momento terrorífico muestra cuando unos militares masacran con sus rifles a varios indios (hombres, mujeres y niños) que estaban jugando alegremente en la playa. Se supone que esto también ocurrió en Montezuma hace poco tiempo y por increíble que parezca se filmó con la colaboración de una institución oficial costarricense...
Según pude leer, este filme fue premiado en Cuba como "la mejor película extranjera". Bueno, mejor no digo nada más... Ya mis lectores saben lo que pienso de algunos premios cinematográficos, pero creo que valdría la pena que los funcionarios encargados del sector turismo prestaran atención a esta producción, pues de nada vale gastar altas sumas de dinero en publicidad turística sobre la belleza, paz y tranquilidad de nuestra tierra, si cualquiera de las tres escenas de la película que comento son por sí solas capaces de ahuyentar a cualquier turista que pensara visitar Costa Rica...