Opinión

¿Una vida con sentido?

Extraña que la presencia de los que sufren no nos ayude a definir mejor los horizontes

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Nuestra época, que en los discursos filosóficos parece indecisa entre la racionalidad cientificista y el hedonismo irracional, vive en realidad la paranoia y la pérdida de sentido. Miles de cosas realmente importantes permanecen aún sin solución: hay muerte, guerra, enfermedad, hambre y miseria. Mientras, seguimos buscando rumbo, lamentándonos de que nada es como antes. Extraña que la presencia de los que sufren no nos ayude a definir mejor nuestros horizontes mentales. La mirada hacia nosotros mismos parece absorbernos tanto que los miles de necesitados reales no se constituyen en verdaderas interrogantes de nuestras vidas. Sorpresivamente nos esclavizamos en la trivialidad del consumo, tratando de encontrar allí la solución para las ansias de felicidad.








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