Cuando leí que monseñor Arrieta se había presentado ante el Tribunal de Casación Penal a abogar por el criminal de guerra nazi Bogdan Kosiy, sentí gran tristeza y desilusión.
Ahora, pese a una carta del señor Abraham Baum y de una petición de don Julio Rodríguez a monseñor, no intervine porque ya no tengo que ver con el penoso asunto que ha empañado la buena imagen del país por casi 15 años.
Sin embargo, cuando el 14 de junio del 2000, en forma pública ( Foro, La Nación ) el señor "Arzobispo pide pruebas" sobre Kosiy, ya no puedo callar.
Fui el abogado que presentó la solicitud de extradición de Kosiy ante los tribunales de justicia de Costa Rica.
Como entonces, igual que ahora, monseñor Arrieta defendiera pública y vehementemente a ese individuo, le pedí una cita para hablarle como integrante de la comunidad católica, no como abogado de la Unión Soviética.
Testimonio. Monseñor me recibió gentilmente y le enseñé las pruebas del expediente judicial de extradición sobre los crímenes de guerra y de lesa humanidad en los que afirman participó personalmente Kosiy:
1) La fotografía de Kosiy, cuando actuaba en la II Guerra Mundial para los nazis (del 1/4/1942 al 31/1/1944), como policía de la comisaría distrital de Lisets, en la región de Ivano-Frankovsk en Ucrania, reconocida por los testigos Liudmila Gueorguievna Morozova, A.M. Vatseba, Anna Emlianova Perklita, etc.
2) Testimonio de cómo en el otoño de 1942 fusiló a Liusia Rosiner, una niña de 13 años.
3) Testimonio de cómo "a la hija del médico Singer, de 3 años, la trató bestialmente arrastrándola por el cabello y luego la fusiló".
4) Testimonio de que, habiendo encontrado en su escondite a la familia Candler de 6 personas, "participó en su exterminio... Kosiy fusiló personalmente a Candler, Bernard, quien trató de huir".
5) Testimonio de que en "1943, Kosiy colaboró en detener y escoltar al cementerio a la familia del ciudadano Bredgolts de 4 personas, entre ellas 2 menores. Kosiy trataba brutalmente a los detenidos, les golpeaba con el palo y a patadas, les mandaba que cayeran a tierra, se levantaran y volvieran a caer". De cómo "participó junto con otro en el fusilamiento de dicha familia, fusilando personalmente con 2 disparos al padre de la familia".
Injusta fue la muerte de estas familias inocentes.
Recuerdo cómo quedó usted de impresionado con esos documentos y testimonios que están en el expediente judicial.
Más documentos. Entonces, por si acaso podía caberle duda, le ofrecí siete rollos de microfilm, con pruebas y todas las piezas del juicio e investigación hechos en Estados Unidos, que personalmente me dio en Washington D.C. Eli M. Rosenbaum, director en funciones de la Oficina de Investigaciones Especiales de la División Criminal del Ministerio de Justicia de los Estados Unidos.
Usted dijo que le parecía suficiente, por lo que depositó dichos rollos, para consulta pública, en la Procuraduría Penal de Costa Rica.
Para terminar, le mostré el "Acta entrevista con Kosiy Bohdan", levantada por el Juzgado 1° Penal de Alajuela el 3/12/1986, la cual sirvió de fundamento para que el juez Nicomedes Madriz dijera en su sentencia del 11 de diciembre de 1986, que él como juez:
"...ha llegado al convencimiento personal de que el señor Kosiy es la persona a que los hechos sucedidos en la Unión Soviética, entre 1942 y 1943 y que han sido acusados se refiere. Esto es así porque el propio señor Kosiy, en sus declaraciones de los folios 129 y siguientes así lo deja entrever y ni siquiera se atreve a negarlo categóricamente, estando como al efecto lo está sincerándose con el juez'".
También le relaté cómo me habían amenazado de muerte por haber presentado la extradición, cómo amenazaron de muerte a mi esposa e hijo, quien tenía menos de un año.
Presión de cardenal. Ante tales evidencias, usted contestó que había actuado a solicitud y por presiones de Roma, del cardenal Myroslav Iván Lubachivsky, pero, ante la prueba abrumadora que le mostré, me dijo que no se podía retractar de lo que había dicho, pero me prometió no volverlo a defender públicamente, porque había quedado convencido de la gravedad de los hechos.
Le preciso todo lo anterior, monseñor, por si acaso lo olvidó con el transcurso de los años.
Kosiy no ha podido ser condenado en un tribunal de justicia porque nunca aceptó someterse hasta el final a ningún tribunal: huyó de Ucrania, salió de Europa, abandonó Estados Unidos estando en curso y sin terminar un juicio en su contra, y luego se refugió aquí, donde alegó razones de edad, de salud y argucias legales para no ser sometido a la justicia.
Podría entonces usted tomar el compromiso de convencer a Kosiy para que acepte someterse a los tribunales de justicia de los Estados Unidos, para terminar el juicio que dejó pendiente con su ausencia, y entonces veríamos en tribunales la verdad que usted pide.
(*) Abogado