El alcalde Enrique Segnini, del cantón de Puerto Jiménez, en el sureste de Puntarenas, es el gobernante local con el salario más bajo del país. Por si esto fuera poco, Segnini lleva seis meses trabajando sin recibir sueldo, y tuvo que vender dos vacas de su finca para costear la recolección de basura en el municipio.
Puerto Jiménez es el cantón más joven de Costa Rica, luego de que los diputados aprobaran su creación en marzo del 2022. Anteriormente, era un distrito del cantón de Golfito. El pasado domingo 4 de febrero, los habitantes jimeneños eligieron a Enrique Segnini, del Partido Liberal Progresista (PLP), como el primer alcalde de su historia.
Tras asumir funciones el 1.° de mayo, al gobernante de Puerto Jiménez se le asignó un salario de ¢450.000 mensuales, mientras que a su vicealcaldesa, Amira Vega, se le aprobaron ¢360.000 mensuales. Estos montos son brutos, es decir, se les debe aplicar los rebajos por cargas sociales.
De esta forma, Enrique Segnini se convirtió en el gobernante local peor pagado del país, muy por detrás del segundo en la lista, el alcalde Fernando Portuguez, de Tarrazú, quien para el 2025 recibirá ¢1.608.000 al mes. El gobernante jimeneño gana casi 13 veces menos que los alcaldes Diego Miranda (San José), Rugeli Morales (Talamanca) y Wálter Céspedes (Matina), los mejor pagados de Costa Rica.
La situación se agravó más luego de que Segnini y Vega asumieran sus cargos, ya que la Municipalidad de Puerto Jiménez empezó a trabajar sin un presupuesto aprobado por la Contraloría General de la República (CGR). Esto implica que el ayuntamiento no podía realizar ningún gasto, ni el pago de servicios, ni el pago de salarios, ni la contratación del servicio de recolección de basura.
Hasta el día de hoy, el alcalde y la vicealcaldesa siguen trabajando sin recibir un salario. Hace aproximadamente tres semanas se aprobó el primer presupuesto ordinario del ayuntamiento jimeneño, por lo tanto, Segnini espera que para este 30 de octubre reciban su primer sueldo.
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Con respecto a la recolección de basura, La Nación reportó el 17 de mayo que Puerto Jiménez pasó casi dos semanas sin este servicio, por lo que los desechos sólidos empezaron a acumularse. El lunes 13 de mayo la población se organizó para recolectar ellos mismos la basura, ya fuese mediante vehículos particulares o pagándole a alguien para que lo hiciera.
Según explicó Segnini, las compañías de recolección de residuos les cobraban más de ¢2 millones por cada viaje, pero su ayuntamiento no tenía recursos. Adicionalmente, el Ministerio de Salud les emitió una orden sanitaria debido al riesgo por la acumulación de desechos.
Finalmente, lograron negociar con un camión que les cobró ¢500 mil por ronda más ¢300 mil para el depósito final de basura. No obstante, para costear este gasto tuvieron que realizar rifas, colectas y él tuvo que vender dos vacas de su propia finca.
Tanto Segnini como otros voluntarios de la comunidad trabajaron en las rondas de recolección de desechos. Actualmente, está en proceso la adjudicación de un contrato permanente a una empresa recolectora.
¿A qué se debe esta desigualdad salarial entre alcaldes?
La desigualdad salarial entre Segnini y todos sus demás colegas se debe a los métodos que prevé el artículo 20 del Código Municipal para calcular las remuneraciones.
El primero de estos criterios es una tabla con montos nominales, en la cual el sueldo depende del tamaño del presupuesto. Sin embargo, esta tabla está completamente desactualizada. Si todos los alcaldes del país utilizaran este criterio para definir su salario, todos ganarían ¢450.000 mensuales.
Por ese motivo, los ayuntamientos aplican el segundo método previsto por el Código Municipal: “Los alcaldes no devengarán menos del salario máximo pagado por la municipalidad, más un 10%”.
Si se toma como ejemplo a la Municipalidad de Cartago, el funcionario mejor pagado es el coordinador de urbanismo, con ¢3,5 millones al mes. A esto se le añade un 10%, por lo que el salario base del alcalde Mario Redondo sería de ¢3.890.000 mensuales.
Esta remuneración se le paga al alcalde independientemente de su nivel académico o el tiempo que tenga de ejercer el cargo.
No obstante, a ese monto se le suma el plus por la prohibición del ejercicio liberal de la profesión, para aquellos jerarcas que sean profesionales universitarios. En el caso de los bachilleres, el plus sería de 15%, para los licenciados, como lo es Redondo, del 30%. Así, el salario del alcalde cartaginés termina en ¢3,5 millones al mes.
Pero este segundo método no aplica para Puerto Jiménez, ya que este ayuntamiento no tiene ningún empleado que sirva como base para calcular el salario del alcalde. En consecuencia, la municipalidad no tuvo otra alternativa que aplicar el primer método y asignarle a Enrique Segnini un sueldo de ¢450.000 mensuales.
“Lo duro de una municipalidad es el poco apoyo que tiene uno de algunas instituciones, que son las llamadas a apoyar en ese campo. A mí me obligaron a hacer lo imposible, o prácticamente imposible: recoger la basura dos veces por semana, donde uno como alcalde no puede agarrar dinero ni nada por el estilo. Por suerte hubo un grupo que se encargó de hacer fiestas, actividades, y recoger los recursos”, criticó Segnini.
Una vez Puerto Jiménez contrate a sus primeros funcionarios, el salario del alcalde subirá hasta un promedio similar al de sus colegas. Sin embargo, la tramitología y el tiempo que pasa entre la fundación del cantón y la contratación de su primer trabajador provoca que pasen meses hasta que el alcalde recibe un salario más alto.