Carlos Alberto Barboza Chacón, uno de los primos enterrados en una fosa dentro del bar Dude´s, en Heredia, murió apuñalado brutalmente mientras dormía en la barra del local. El hombre, de 32 años, habría recibido decenas de puñaladas por parte de los integrantes de “la cuadrilla”, un grupo que aparentemente estaba a las órdenes del dueño del establecimiento.
La autopsia practicada a Barboza Chacón reveló que recibió 48 puñaladas, la mayoría causadas mientras estuba con vida, según adelantó Telenoticias de canal 7.
Las heridas tenían profundidades de entre dos y 20 centímetros y la muerte la provocó una puñalada en ña parte derecha del cuello, la cual traspasó la arteria carótida, produciendo que la víctima se desangrara. Así lo detalla el expediente, del cual La Nación tiene copia.
Entre las armas encontradas por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), se encontraban una navaja, un cuchillo y un hacha pequeña.
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La desaparición de estos dos hombres fue reportada ante las autoridades por sus familiares, quienes perdieron contacto con ellos desde la noche del 6 de febrero. Con la ayuda de cámaras de vigilancia y otras pistas, se determinó que habían visitado el bar Dude ‘s, ubicado 75 metros al norte de la Universidad Nacional. Fue en ese sitio donde ingresaron y nunca salieron.
El martes 12 de febrero, a las 9:30 p.m., agentes judiciales realizaron un allanamiento e ingresaron al local. Tras excavar poco más de 50 centímetros de profundidad, encontraron el pie de uno de los primos; bajo este, estaba enterrado el otro. La fosa tenía poco más de un metro de profundidad.
Primos murieron degollados
Barboza Chacón y su primo, Jorge Humberto Barboza Abarca, de 33 años, fueron asesinados entre la noche del 6 de febrero y la madrugada del día siguiente; la muerte de ambos se produjo por degollamiento, a manos de los mismos sospechosos. A uno le cortaron la carótida izquierda y a otro la derecha.
El incidente se habría iniciado por una diferencia entre un hombre de apellido Madrigal, amigo de los primos fallecidos, y el guarda de seguridad del local, de apellidos Palacios García, quien era el nuevo compañero sentimental de la exnovia del primer hombre.
Al parecer, ambos sujetos habrían intercambiado unas palabras en el bar y los primos se disponían a pelear, pero el hombre de apellido Madrigal decidió evitar un confrontamiento y se marchó del lugar. Posteriormente, las puertas del bar fueron cerradas.
Sin embargo, los primos decidieron quedarse en el local. Ahí aparentemente habrían bebido y, luego, producto del altercado inicial, se habría producido la pelea que acabó con la vida de ambos.
De acuerdo con el expediente del OIJ, Jorge Humberto Barboza habría reclamado Jean Franco Segura Gómez, dueño del bar, diciéndole “jachudo”. Producto de ese reclamo fue atacado por algunos presentes, entre estos un grupo de sujetos de la denominada “cuadrilla”, quienes lo habrían golpeado hasta quitarle la vida, dejándole la cabeza en una posición antinatural y propiciando una herida moral en el cuello.
Según el reporte de medicatura forense, el cuerpo de Barboza Abarca presentaba una herida mortal con arma blanca, en la cervical posterior. Esta puñalada fue la que le atravesó la arteria carótida izquierda. Además, presentaba heridas punzocortantes en la zona supra escapular izquierda.
Sus restos también evidenciaban golpes fuertes en la parte derecha de la cabeza y en el pómulo izquierdo; además, su cabeza se encontraba fuera de su posición normal, girada viendo hacia el oeste.
Mientras su primo era atacado a golpes, Carlos Alberto Barboza Chacón se encontraba dormido sobre la barra del bar. Ahí, aparentemente, habría sido atacado por un integrante de la cuadrilla, quien se le abalanzó para apuñalarlo en el cuello, ocasionándole la herida mortal.
Además de las 48 heridas con arma blanca, Barboza Chacón presenta diez contusiones en cuello, cara y cabeza que, en apariencia, podrían haberse producido con un objeto sin filo.
Armas homicidas
Las autoridades encontraron armas blancas en el bar donde ocurrió un doble homicidio. Según los informes policiales, en el lugar se hallaron un cuchillo tipo hacha de 30 centímetros de largo con mango negro y hoja metálica, así como un cuchillo de cocina de 28 centímetros con mango blanco y punta quebrada. Además, había un cutter color naranja.
Estas armas fueron encontradas en distintos puntos del establecimiento. La cutter, por ejemplo, aparentemente habría permanecido junta a la barra donde asesinaron a Barboza Chacón.
El cuchillo tipo hacha, de aproximadamente 30 centímetros de largo, con mango color negro y hoja de metal fue ubicado en un balde de limpieza, cerca de los baños del bar. En los baños, los agentes encontraron rastros de sangre humana.
El cuchillo de cocina de aproximadamente 28 centímetros de largo, con la punta quebrada, fue hallado en el sótano del local, cerca de la fosa donde fueron enterrados los primos.
Los agentes también encontraron que el local estaba repleto de polvo de extintor, el cual es tóxico para los perros, lo que impidió que la unidad canina que fue llevada pudiera detectar pruebas.
La inspección ocular realizada por la Policía Judicial también incluyó pruebas de luminol, las cuales dieron resultados positivos.
Dueño de bar habría ideado plan para ocultar rastros
Las pesquisas del OIJ permitieron determinar cómo el dueño del bar habría intentado ocultar, sin éxito, la escena del crimen. El expediente narra que, durante los días posteriores al homicidio, el dueño del local, Segura Gómez, buscó desaparecer vídeos y fingir que iba a remodelar el sótano para conseguir hacer una fosa donde enterrar a los primos.
Inicialmente, la cuadrilla de agresores, en apariencia, habría sido obligada a limpiar la escena antes de retirarse. Luego, por orden del propietario, los cuerpos fueron escondidos dentro de un congelador blanco, ubicado cerca de la cocina y las gradas que conducían al sótano.
Según la descripción de la escena incluida en el expediente, las puertas de ese congelador, aparentemente, fueron cubiertas con cajas de cerveza. Esto impidió levantar sospechas del paradero de los cuerpos mientras se cavaba la fosa.
El dueño también habría contratado a un constructor para realizar una excavación en el sótano del bar, bajo la excusa de que buscaba remodelar el sitio. Fue en esa excavación, donde se depositaron los cuerpos de los primos hasta que fueron descubiertos por el OIJ.
El propietario también se encargó de contratar a un técnico audiovisual para eliminar los registros de cámaras de seguridad que pudieran mostrar lo sucedido.
Por este caso fueron detenidos el administrador del bar y otros empleados, identificados como Guzmán (22 años), Palacios (19), Bonilla (23) y una mujer de apellido Gutiérrez (26). Supuestamente, al momento de la llegada del OIJ, las personas se encontraban consumiendo licor dentro del bar.
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