La Asociación Casa Adobe anunció este martes que deberá cerrar su refugio Casa Esperanza, ubicado en Los Chiles, en el cual se ayuda a migrantes que pasan por Costa Rica. El cierre se debe a la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de suspender el giro de fondos para organizaciones sin fines de lucro en el extranjero.
La asociación, que opera en el país desde 2013, informó de que la entidad financiadora les notificó la suspensión total de la ayuda internacional por orden ejecutiva.
“Esta tarde nos contactó la entidad que financia las operaciones con la trágica noticia: tenemos que cerrar el refugio inmediatamente porque Trump ha recortado toda la ayuda exterior. Aun las agencias de la ONU se ven afectadas. Si obedecemos las órdenes, esta noche Juan, María y todos los demás niños y adultos tendrán que dormir bajo la lluvia en la calle, sin atención y protección. ¿Dónde acabarán esos niños? ¿En prostíbulos? ¿Reclutados por los carteles de la droga? ¿De retorno en sus vecindarios violentos?“, advierte el documento.
El 20 de enero, en su primer día de regreso a la Casa Blanca, Trump firmó una orden ejecutiva que congeló la ayuda exterior de Estados Unidos por 90 días, con el propósito de realizar una revisión integral y determinar su alineación con las nuevas políticas del mandatario republicano.
Se trata del congelamiento de proyectos de asistencia y cooperación por un monto de $275,38 millones, gestionados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
En conversación con La Nación, el director de Casa Adobe, James Padilla DeBorst, explicó que Casa Esperanza surgió como un proyecto de la asociación hace aproximadamente un año. En sus inicios, operaba como un comedor para migrantes y, posteriormente, se consiguió apoyo para habilitar un dormitorio y un refugio solidario.
Padilla detalló que el financiamiento principal de Casa Esperanza proviene de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyos fondos también se vieron afectados por la suspensión del apoyo de Estados Unidos. Esto llevó a que diversas agencias de la ONU detuvieran operaciones y pagos.
El director de Casa Adobe afirmó que el comedor seguirá funcionando gracias a recursos propios y donaciones nacionales, y aseguró que harán todo lo posible por mantener el refugio abierto. Actualmente, Casa Esperanza atiende a unas 40 personas al día y alberga a nueve niños y una mujer embarazada.
Casa Esperanza no es el único proyecto afectado por el recorte de fondos desde Washington. La organización Cultura, Educación y Psicología para Infantes y Adolescentes (Cepia) también anunció este lunes la suspensión de su programa de apoyo a víctimas de trata de personas en Guanacaste, tras la cancelación del financiamiento.
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![En la imagen, a la izquierda, se observa a Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y a la derecha el logo de Casa Esperanza.](https://www.nacion.com/resizer/v2/NC63KRD2K5CYVANRNIUSO6S4ZM.jpg?smart=true&auth=0917d086fbdc9fef3d95eb0e56eec91ac012d69e7c97d83d88c1c1597b6d19f6&width=1200&height=628)
Otras afectaciones en Centroamérica
La interrupción de los fondos por parte de Estados Unidos también impacta a países como El Salvador. Según informó el medio La Prensa Gráfica este miércoles, al menos nueve proyectos en este país han sufrido las consecuencias de la suspensión de estos recursos.
Uno de los proyectos impactados es el programa empresarial ¡Supérate!, que tiene 14 centros de formación en Centroamérica y 1.732 estudiantes activos en El Salvador. Esta iniciativa, que ofrece capacitación en informática, inglés y otros valores a la juventud, dependía del financiamiento del proyecto Digital Talent de USAID.
Otro proyecto afectado es Habilidades para el Empleo, que busca promover la inclusión laboral de personas migrantes, al igual que Movilidad Laboral, que apoya a personas en situación migratoria mediante la entrega de visas de empleo temporal para trabajar en el país.
También, se vieron afectados programas como Transparencia, orientado a incrementar la participación ciudadana y reducir la corrupción; Comercio e inversión, enfocado en capacitar a funcionarios de aduanas y promover las exportaciones; Libres, que trabaja en la prevención de la violencia de género y en la asistencia a víctimas; Mercados sostenibles, destinado a apoyar a los productores agrícolas; Innovación educativa, para la formación de docentes; y ¡De aquí soy!, agencia centrada en ofrecer oportunidades laborales a jóvenes salvadoreños.