La diputada Kattia Cambronero Aguiluz renunció este jueves al Partido Liberal Progresista (PLP) y se declaró independiente. Argumentó que la agrupación política perdió su rumbo ideológico al centralizar el poder en la figura de su presidente y congresista, Eliécer Feinzaig, por lo que prefiere cortar lazos con la organización.
Para Cambronero, el partido nació para anteponer las necesidades del país a cualquier tema ideológico o partidario, pero esta línea varió cuando el PLP llegó a la Asamblea Legislativa, en mayo del 2022.
Lamentó que, ahora, el énfasis está en “posicionar una figura presidenciable” en vez de impulsar grandes transformaciones. “Se generó mucho cálculo político en términos de qué se presentaba, cómo se presentaba y qué elementos se podían abordar en materia control político”, declaró la congresista en entrevista con La Nación.
“Yo seguiré siendo consecuente como liberal y como progresista. Seguiré diseñando e impulsando los proyectos que creo más convenientes para el país, pero uno no puede estar en un espacio donde se están haciendo las cosas que dijimos que no íbamos a hacer; lo más adecuado es hacerse a un lado”, añadió.
Cambronero se convierte en la tercera parlamentaria del periodo 2022-2026 en declararse independiente. La primera en hacerlo fue María Marta Padilla Bonilla, quien no objetó su expulsión de la fracción oficialista del Partido Progreso Social Democrático (PPSD). Se le sumó Gloria Navas Montero, quien renunció al Partido Nueva República (PNR).
Hiperconcentración del poder
La diputada describió como “una hiperconcentración del poder” la posición de Feinzaig en el engranaje interno del PLP. Cuestionó la congruencia con los preceptos de la ideología liberal que una misma persona asuma múltiples roles en la estructura del partido.
Feinzaig fue el candidato presidencial del PLP en las elecciones nacionales del 2022; posteriormente, se desempeñó como jefe de fracción durante las dos primeras legislaturas (2022-2023 y 2023-2024). Actualmente, ostenta la presidencia del partido político.
“Eso sin duda es lo más antiliberal que existe, pero además, eso comenzó a agotar los líderes que podían haber surgido dentro del partido, porque esa concentración y básicamente todo el trabajo del partido, y de la fracción, eran en torno de maximizar una figura presidencial.
“Eso socavaba también proyectos que requerían de algún costo político, porque hay proyectos que requieren de costos políticos importantes, me parece que sobre todo en el tema de modernización del Estado, que era uno de los grandes temas en que nos habíamos comprometido con el electorado, y además de disminución del costo de vida”, manifestó.
Diferir era atacar a la figura presidenciable
Según Cambronero, estas condiciones imposibilitaron la generación de espacios constructivos, en los que se pudiera tener una mayor incidencia política en la Asamblea Legislativa, porque cualquier divergencia de criterio “se veía como un ataque a la figura presidenciable”.
“Entonces, no había autocrítica, sino básicamente una imposición de criterios en torno a una figura y no en torno a la construcción de un partido político, que era lo que muchos queríamos: un partido diferente, un partido moderno, un partido que resolviera los grandes problemas nacionales, un partido que se alejara de la política tradicional (...)”, relató.
No me voy a prestar para un pleito personalista
Cambronero expresó su interés inmediato en dejar atrás los conflictos y seguir trabajando bajo un esquema de mayor tranquilidad. Pese a las críticas sobre la dinámica del partido y la fracción, descartó que se vaya a prestar para un “un pleito entre personas”.
“Yo creo que ahorita lo más importante es la protección del sistema democrático. Lo que corresponde es defender la estructura que hemos creado como país y no perder la libertad, que no se nos vaya de las manos este este país, y que no pase lo que ha pasado en otros países de América Latina”, añadió.
En criterio de la congresista, el partido y la fracción no ofrecen un espacio para abanderar esta lucha, de forma tal que “a una lo que le corresponde como liberal responsable, es irse y tratar de incidir desde otros espacios”.
Cambronero prometió mantenerse consecuente con la línea que ha venido defendiendo desde su llegada a la curul.
En cuanto a la posibilidad de sumarse a un nuevo partido político, la legisladora indicó que aún tiene muchos temas pendientes, pero si posteriormente la buscan para algún proyecto, lo pensará.
“En este momento, el enfoque es trabajar en la Asamblea Legislativa, impulsar proyectos de ley y poder seguir abriendo espacios de control político que se hacen importantísimos en el debate nacional”, destacó.
Fracturas ideológicas
La legisladora también alegó que la fracción dejó de lado la visión progresista. Por ejemplo, mencionó que, durante la elección de la defensora de los Habitantes, si bien se dijo que los diputados de la fracción tendrían libertad para escoger al candidato, al hacer la respectiva propuesta, hubo una “reacción en contra absoluta, hasta visceral”.
La mayoría de la fracción respaldó a Erick Ulate Quesada, directivo del Consejo de Transporte Público (CTP), quien presidió la organización Consumidores de Costa Rica mientras su vicepresidente era Gilberto Campos Cruz, hoy legislador del PLP.
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Cambronero y Jorge Dengo Rosabal, entonces diputado liberal, se apartaron de la posición de fracción y, en su lugar, postularon el nombre de la exdirectora de Migración y funcionaria de la Defensoría, Kathya Rodríguez Araica.
“El partido presenta una persona que evidentemente tiene conflictos de interés con un diputado de la República, entonces, eso no está bien”, indicó. El cargo fue finalmente a Angie Cruickshank Lambert.
Asimismo, la diputada fustigó que el partido no presentara una posición más contundente contra la reelección del magistrado y presidente de la Sala II, Luis Porfirio Sánchez.
La continuidad de Sánchez estuvo en entredicho luego que la jueza de Trabajo, Silvia Elena Arce Meneses, dijera que fue víctima de un acto obsceno no consentido de parte del magistrado, en el año 2000.
“Ahí yo fui muy vocal y yo no sentí el apoyo de la fracción con más contundencia en esos temas”, lamentó.
Cambronero también expresó su desacuerdo con el apoyo dado por la fracción al proyecto de ley que autorizó al Gobierno a endeudarse por $6.000 millones en eurobonos en el mercado internacional, así como la falta de liderazgo para impulsar la prohibición de pesca del tiburón martillo o para frenar la exploración y explotación de gas y petróleo.
En el caso del Acuerdo de Escazú, reconoció que, pese a respaldar la iniciativa, no votó a favor de mantener con vida el proyecto, porque se apegó a la posición de la agrupación política. “A veces dicen que es que yo no sigo línea del partido, pero yo no sigo líneas que no sean consecuentes con nuestra ideología y compromiso. Entonces, cuando se habla el tema y se abre la votación del acuerdo, yo me retiré de la votación para ser consecuente con el partido, porque este había dicho evidentemente que no lo apoyaba”, explicó.