Jaime Barrantes, gerente de pensiones de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), afirmó que los jóvenes que coticen para el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la CCSS sí recibirán una pensión en el futuro. El funcionario catalogó de mito la creencia de que este beneficio será inalcanzable para quienes están empezando sus vidas laborales.
Sin embargo, Barrantes admitió que la dinámica cambiará en comparación con la que conocieron generaciones anteriores. Según dijo, aunque el IVM se mantendrá como una fuente esencial de ingresos durante la jubilación, no representará la totalidad de los recursos que recibirán las personas; otros fondos complementarios serán necesarios.
“Hay que trabajar mucho con los jóvenes en ese tema de que la pensión total va a venir de diferentes fuentes de financiamiento.
“Una parte la va a dar la CCSS o el régimen de pensiones al que la persona pertenezca (como Jupema o el Poder Judicial); otra parte va a venir del Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROP) y de la responsabilidad individual que cada uno de nosotros tiene en voluntariamente, también ir aportando para un sistema de pensiones voluntario”, explicó Barrantes en una entrevista con La Nación.
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Igualmente, el gerente niega que el IVM se vaya a quedar sin los recursos necesarios para pagar pensiones, pese a que la última valuación actuarial, hecha pública en el mes de setiembre, reveló que el régimen afronta un déficit actuarial de ¢74,6 billones, lo que compromete la capacidad para financiar las jubilaciones futuras. Las dificultades para cumplir con las obligaciones comenzarán en el año 2047.
“Para que quiebre un sistema como el de la CCSS, casi que tiene que quebrar el país, pero también hay que establecer que el IVM va a ser una pensión básica, lo demás está en una cuenta individual (ROP), que no es un ahorro para que las personas lo gasten cuando tengan una necesidad, sino que es un ahorro que va a complementar esa pensión básica y también el esfuerzo adicional que yo haga en un plan voluntario. Esos tres componentes van a ser mi pensión”, declaró.
El jerarca reconoció que existe una necesidad de discutir reformas, pero desde una visión más integral que tome en cuenta al IVM como un componente más del Sistema Nacional de Pensiones. “Siendo así, yo creo que es un sistema sostenible en el tiempo y que, en conjunto con los otros pilares, va a garantizar una pensión a las poblaciones jóvenes”, agregó.
Reformas al IVM impactan la economía nacional
La CCSS ha realizado cambios con el fin de fortalecer el seguro de pensiones y que esto ha permitido que “siga pagando puntualmente” a todos sus cotizantes, dijo el gerente. No obstante, cuestionó la pertinencia de seguir efectuando estas modificaciones, por el impacto que tiene en las finanzas del Estado y en los sectores productivos. Por ejemplo, ha sido necesario subir las cotizaciones en forma gradual.
“La idea es seguirlo haciendo (aprobar reformas), pero ¿qué es lo que pasa en esta en esta etapa? Bueno, hemos visto que si la CCSS solo se centrara en los parámetros del sistema de pensiones, es decir, edad, cuotas y beneficios, hay algunas de estas decisiones, posiblemente todas, que van a impactar a la economía nacional o al país a nivel integral.
“Entonces, si queremos equilibrar el el sistema solo reduciendo beneficios, aumentando cuotas o solo variando la edad, sin mirar otras circunstancias, eventualmente podríamos equilibrar el IVM, pero estas variables son socialmente muy sensibles y yo creo que hay que discutir otros temas (como el impacto de la informalidad y el envejecimiento)”, señaló.
La última reforma entró en vigencia el pasado mes de enero. Con ella, se eliminó la pensión anticipada para los hombres y para las mujeres se elevó a los a 63 años con 405 cuotas.
Adicionalmente, se modificó la fórmula de cálculo de la pensión para que se tomen como base los mejores 300 salarios reportados, o sea, 25 años, de toda la carrera laboral, traídos a valor actual, lo cual se conoce como salario promedio de referencia (SPR). Este cambio implica una reducción de entre el 8% y el 10% en el monto del beneficio.
También, se varió el beneficio de postergación, pues el porcentaje adicional del 1%, por cada año cotizado, será girado después de 25 años de pertenecer al régimen, en lugar de los 20 años anteriores.
“Esta reforma da un espacio de tiempo suficiente para que se puedan discutir otras reformas más estructurales, que puedan hacerse de una manera más gradual y transitoria, con la menor afectación social posible.
“Estas variables son muy sensibles, han hecho que algunos países tengan manifestaciones y conflictos importantes, si no se hacen con diálogo social, con gradualidad y que las personas lógicamente sepan, especialmente las personas jóvenes, que estos cambios se están haciendo para garantizarles una pensión a futuro. Hay que cambiar y tenemos un reto importante: el mito que hay en la juventud de que no va a haber una pensión a futuro”, destacó.
¿Qué se está haciendo actualmente?
La CCSS aún no cuenta con una estrategia definida sobre los cambios que se deben realizar. Barrantes dijo que la institución recolecta insumos para avanzar en la discusión sobre cómo fortalecer el IVM, pero dentro del contexto de todo el sistema de pensiones. Estos temas se pondrían sobre la mesa a mitad del año 2025.
“A partir de ahí, pues la idea es generar un grupo técnico de trabajo, precisamente que dé un insumo a la Junta Directiva para diseñar una estrategia de trabajo precisamente para los próximos meses, teniendo presente que no es un tema que se va a agotar con este gobierno, sino que el tema de pensiones va a tener que continuar.
“Entonces, habrá algunos de estos temas que van a requerir más tiempo que otros de análisis, pero bueno, eso nos lo va a ir decir esa estrategia de trabajo”, señaló.
Algunos de los temas que estarían dentro de la conversación son los proyectos de ley que la Superintendencia de Pensiones (Supén) pretende presentar en febrero del 2025, con el objetivo de fortalecer, asegurar la sostenibilidad y elevar la cobertura del Sistema Nacional de Pensiones.
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Barrantes también manifestó que la CCSS podría convocar mesas de discusión a nivel nacional, que podrían brindar más información para la toma de decisiones.
El gerente de la CCSS no se atrevió a señalar cuánto podría durar esta discusión, pero destacó la importancia de que no se tarde mucho en generar resultados, porque entre más se tarde en implementar las reformas, más corto será el periodo de transición. Los cambios pueden perder su efecto o, en el interín, podrían generarse situaciones que requieran la implementación de medidas más duras, que podrían tener un impacto social.
Para Barrantes, el tema de las pensiones también debe estar presente en las discusiones políticas de previo a las elecciones generales del 2026.
“Dentro de los temas que vayan a plantearse en las próximas elecciones y del país, hay que poner el tema de pensiones y no hay que dejarlo descuidado, porque los cambios están a la vuelta y la mejor manera de asegurar pensiones es generar transformaciones y medidas estructurales que garanticen en el tiempo que los sistemas van a ser sostenibles”, sugirió.
¿Qué es el Sistema Nacional de Pensiones?
Son cuatro las columnas del sistema de pensiones, las cuales determinan el origen de los recursos que las personas obtendrán al jubilarse.
La primera es la pensión contributiva básica. Esta se alimenta de los aportes obligatorios que de manera tripartita efectúan el patrono, el trabajador y el Estado. Las cotizaciones se convierten en fondos de capitalización colectiva, que son administrados por distintos regímenes; los tres que más trabajadores acogen son el IVM de la CCSS, el Fondo de Pensiones y Jubilaciones del Poder Judicial, y Régimen de Capitalización Colectiva (RCC) del Magisterio Nacional.
La pensión complementaria obligatoria (ROP) es la segunda columna. Sus recursos provienen de los aportes obligatorios que el trabajador realiza y es de capitalización individual.
El tercer pilar es la pensión complementaria voluntaria y consiste en un ahorro opcional que realiza la persona, en alguna operadora de escogencia. Finalmente, el último soporte lo brinda la pensión no contributiva que, a diferencia de las demás modalidades, es una asistencia concedida por la seguridad social a aquellas personas que no han contribuido o cotizado a ningún régimen y que deben cumplir ciertos requisitos para convertirse en beneficiarios.
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