El canciller de Surinam, Albert Ramdin, se convirtió este lunes en el nuevo secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) durante una asamblea general extraordinaria celebrada en Washington. Su nombre fue el único postulado para la votación, después de que su homólogo paraguayo Rubén Ramírez Lezcano tirara la toalla.
El diplomático de carrera de 67 años fue elegido por aclamación por los 34 países con derecho a voto.
De los 34 países con derecho a voto, el surinamés llegó a la sesión con el apoyo garantizado de la Comunidad del Caribe (Caricom), Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Uruguay, Costa Rica, Ecuador y República Dominicana. Este respaldo le permitió sumar los 18 votos necesarios para dirigir la organización durante los próximos cinco años.
Ramdin se convierte en el primer caribeño a la cabeza de la organización, creada en 1948 para fomentar la cooperación y una agenda regional común en derechos humanos, seguridad, desarrollo y la defensa de la democracia.
El diplomático sucederá al uruguayo Luis Almagro, cuyo mandato termina el 25 de mayo después de una década en el cargo.
El gobierno de Costa Rica pretendía postular a su ministro de Relaciones Exteriores, Arnoldo André, en caso de que Ramdin no lograra sumar los 18 votos.
Tanto el presidente Rodrigo Chaves como el canciller André indicaron que se trataría de una candidatura de consenso, por solicitud de otros países. Los Estados miembros podían presentar postulación hasta hoy mismo.
Ramdin conoce muy bien los entresijos de la OEA, de la que fue secretario adjunto entre los años 2005 y 2015, una experiencia que le ayudó a sumar apoyos.
El nuevo secretario general asume la responsabilidad de liderar una organización acusada en ocasiones de inercia e inmersa en problemas financieros.
Son muchas dudas las que surgen para la OEA, debido a la vorágine reformista impulsada por Estados Unidos desde que el republicano Donald Trump regresó a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
El magnate republicano ha retirado a su país, uno de los principales contribuyentes financieros de la OEA, de organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ha pedido a su asesor Elon Musk, el hombre más rico del mundo, que corte drásticamente los gastos federales.
Ramdin tendrá que lidiar con crisis regionales, como la de Nicaragua, que se salió de la OEA, Venezuela que, al igual que Cuba, no participa en la organización, y Haití.
También hará frente a la larga sombra de China, un observador sin derecho a voto, que se proyecta sobre la organización.
Los amenaza de aranceles de Estados Unidos a sus socios pondrá a prueba el talante negociador que le precede.