El gobierno de Rodrigo Chaves ha recurrido de forma recurrente a la excusa del “sentido figurado” para justificar afirmaciones que faltan a la verdad. Esta estrategia se ha convertido en una constante para evitar entregar pruebas que respalden las acusaciones hechas por el mandatario o sus jerarcas contra diputados o la Contraloría General de la República (CGR). Igualmente, el argumento se ha utilizado para justificar afirmaciones polémicas que pretenden defender las decisiones de la actual administración.
En los últimos tres meses del 2024, Zapote usó el alegato del “sentido figurado” cuando se le solicitó o confrontó sobre el respaldo documental de expresiones hechas por Rodrigo Chaves y los ministros de la Presidencia y Seguridad, Laura Fernández y Mario Zamora.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, el sentido figurado es el que no corresponde a la literalidad de una palabra o expresión, sino que está relacionado con él por una asociación de ideas y es sinónimo de metafórico, alegórico o simbólico.
Los analistas políticos Argentina Artavia y Gustavo Araya coincidieron en que la estrategia adoptada por el gobierno genera desconfianza entre la ciudadanía, además de debilitar la legitimidad de las instituciones y sus autoridades políticas. Asimismo, señalaron que las acciones del Poder Ejecutivo podrían estar funcionando como un distractor frente al incumplimiento de las promesas hechas por la administración.
Por su parte, el especialista en comunicación Ignacio Azurdia, destacó que la precisión en lo que se dice es fundamental, por lo que no se deberían utilizar aquellos argumentos que no estén 100% fundamentados.
Medida polarizante
Artavia explicó que el sello distintivo del gobierno Chaves Robles es la polarización y que por ello recurre a la posverdad, que consiste en el uso de mentiras que quieren ser disfrazadas como verdades.
“Con eso lo que genera es una división en la opinión pública. El efecto o el golpe ya lo dieron, o sea, dan esa impresión de que hay descoordinación, mala fe o mala voluntad, de parte de los otros actores políticos, ya sean diputados o diputadas de la República, jerarcas de los supremos poderes, y esa ha sido la tónica constante desde el día uno de esta administración”, destacó la experta.
Para la analista, decir que las expresiones se hicieron en “sentido figurado” es contraproducente para las comunicaciones de los gobiernos. Al contrario, estas deberían procurar generar confianza y tranquilidad en la ciudadanía sobre la labor que desarrolla la administración para solucionar los grandes problemas nacionales y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
“Este gobierno se ampara en la polarización y en las falsedades, para que el grueso de la población se distraiga en el debate absurdo, dejando de lado que no están haciendo lo que dijeron desde la campaña que iban a hacer”, agregó.
Evasión de la responsabilidad
Araya señaló que el uso reiterado de la excusa del “sentido figurado”, da la impresión de una evasión de la responsabilidad, al tiempo que introduce una ambigüedad en el debate público que obstaculiza la rendición de cuentas.
“Porque uno esperaría que ante otras afirmaciones igual de fuertes, o aún más fuertes, también se hable posteriormente de que se trata de declaraciones que se dieron en sentido figurado”, precisó.
Mencionó que al encontrarse el país en un periodo de transición hacia el populismo, este tipo de tácticas no tiene consecuencias en un sector determinado de la ciudadanía, mientras que relativiza el tema de la responsabilidad y evita asumir debates serios.
Finalmente, Azurdia dijo que nadie debería ser impreciso o mentir; sobre todo cuando se dicen cosas que pueden afectar a terceros. “Pero, así como de un lado se pueden decir cosas que no son del todo ciertas, también pesa (y mucho) que al otro lado –hasta el momento– haya pocos o ningún vocero con la suficiente credibilidad y, a la vez, capacidad de conectar con mayorías, que pueda contrarrestar de manera efectiva ese discurso. Porque no sólo importan los mensajes, sino quiénes son los mensajeros”, añadió.
La hipérbole de Mario Zamora
Mario Zamora fue el primer jerarca de la administración Chaves Robles que hizo una afirmación y, luego, buscó justificarse alegando que se había expresado de manera figurada. Lo hizo el 28 de octubre, durante una comparecencia ante la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa, a la que fue convocado para referirse al traslado de la Academia Nacional de Guardacostas de Quepos a Pococí, lejos del mar.
En ese foro, la diputada Sofía Guillén cuestionó al ministro de Seguridad por afirmar, previamente, en el programa televisivo Estado Nacional, de canal 7, que el centro de formación policial “llevaba más de dos años de no dar cursos” y no tenía desarrollado el plan académico.
No obstante, en la misma sesión ante la comisión legislativa, el viceministro Manuel Jiménez Steller afirmó que entre 2022 y 2024, se impartieron 26 cursos en la Academia, de los cuales, 12 fueron de producción propia y los restantes 14 de carácter internacional.
“¿Mintió usted, en canal 7, señor ministro?”, le preguntó Guillén en aquel momento. “No, señora diputada. Usé una hipérbole, en relación con este tema. Estaba diciendo, en sentido figurado, que es una baja producción, de tres cursos en dos años”, respondió Zamora bajo juramento.
Chaves mintió sobre diputados
Casa Presidencial también acogió este argumento el 5 de diciembre, cuando La Nación solicitó la lista de los diputados que, según Rodrigo Chaves, se opusieron a la entrega de alimentos enviados por El Salvador a los damnificados por lluvias en la zona sur.
En lugar de facilitar los nombres de los legisladores, Zapote respondió por escrito que el mandatario “pronunció esa frase en sentido figurado, tratando de hacer referencia a que no aceptar la ayuda que tan amablemente nos dio el Gobierno salvadoreño era como lanzar la comida al río”.
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Un video divulgado el 14 de noviembre por Casa Presidencial, muestra cómo Rodrigo Chaves, antes de entregarles los paquetes que tenía en las manos, les dijo a personas afectadas por los fuertes aguaceros e inundaciones, que los legisladores se oponían a esa asistencia humanitaria. Incluso, les habló de tirar la comida al río.
En uno de los intercambios, Chaves le expresó a un damnificado: “¿A usted le gustaría que nosotros botáramos esto al río?”. El hombre le respondió: “Por nada en la vida”.
“Es un pecado”, continuó el mandatario. “¿Usted sabe que hay diputados de la República de Costa Rica hoy diciendo: ‘No le dé a la gente de Coto estas cosas porque..., diay, imagínese el tipo de ocurrencias?”, agregó.
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Bitácoras de Laura Fernández no existen
La ministra de la Presidencia, Laura Fernández, fue la última en usar la excusa. Si bien la jerarca prometió a un grupo de diputados entregarles una “bitácora diaria” con ejemplos de coadministración realizada por la Contraloría, posteriormente alegó que se había expresado “de manera figurativa”, cuando el medio de verificación Doble Check le solicitó la información.
Fernández también admitió ante la Sala Constitucional que le resulta imposible respaldar sus propias afirmaciones sobre la supuesta invasión de competencias por parte del ente fiscalizador.
En un oficio enviado el 13 de diciembre a los magistrados constitucionales, como respuesta a un recurso de amparo interpuesto por Doble Check que fue admitido para estudio, Fernández alegó que “(...) en este caso no se puede brindar lo solicitado, a causa de una imposibilidad, dado que es una información que como tal no tenemos, sino que puede ser directamente consultada en la página de la Contraloría General de la República”.