A Carlos Mora cinco factores le han frenado su salto al fútbol internacional

Artículo de opinión. Aunque Carlos Mora tiene mucho talento, en las transferencia al fútbol internacional juegan otros factores además de las gambetas y los golazos

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¿Por qué el habilidoso volante aún no consigue saltar al fútbol internacional a sus 22 años y otros jugadores que, en la teoría, han demostrado menos capacidad en el fútbol local, sí lo lograron?

Es difícil hallar una ‘verdad absoluta’, pero quiero puntualizar en factores de tiempo y forma que han perjudicado, o al menos han provocado que se alargue la etapa del jugador en el balompié local.

Valga decir que cada vez es más común que los clubes del exterior se fijen en futbolistas más jóvenes (Josimar Alcócer salió a los 19 años), aunque esto no es una regla.

Es decir, depende de la liga, del proyecto deportivo de club del exterior e incluso de la filosofía futbolística de cada país.

Estoy convencido de que Carlos Mora aún puede firmar con un buen equipo a sus 22 años, generar buenos ingresos para su familia y para Alajuelense y consolidarse en la Selección Nacional en el corto plazo.

Sin embargo, hay cinco factores que explican por qué otros prospectos lograron salir afuera antes que Carlos Mora.

1. Semestre decisivo para Carlos Mora

El semestre previo al Mundial de Qatar fue de muchos altibajos para Mora, evidentemente afectado por la llegada del técnico Fabián Coito a Alajuelense, quien en muchos compromisos lo utilizó como carrilero, lejos del área.

Lo hizo justamente en el peor momento.

El entrenador lo cambió de posición y también optó por enviarlo al banquillo en múltiples compromisos, a solo meses de disputar la cita de Medio Oriente.

En ocasiones, quedarse sin un mundial mayor se paga caro, especialmente si es un jugador de proyección y con los atributos individuales para saltar al exterior.

En aquella etapa, el estratega de la ‘Sele’, Luis Fernando Suárez, valoró a muchos talentos locales que, sin ser figuras en la ‘Sele’, podían aparecer en la lista final gracias a su desempeño en sus clubes. Por ejemplo, Anthony Hernández y Álvaro Zamora.

Los dos jugaban con regularidad, mientras que Mora fue enviado a la suplencia en Alajuelense. Es decir, no fue una decisión tomada únicamente por la calidad de Mora, sino que influyó otro aspecto: su momento deportivo en comparación al de sus competidores directos.

Al final, el talentoso jugador no pudo viajar a Qatar, aún cuando sí estuvo en la lista de jugadores que afrontó el repechaje frente a Nueva Zelanda unos meses antes.

2. La vitrina

Este punto va de la mano con el primero. Es claro que el Mundial es una vitrina enorme, incluso para los futbolistas que tienen poca participación.

Los clubes internacionales evalúan la edad, la posición e incluso si tiene contrato o no. Por ejemplo, unos meses después de la Copa del Mundo, Roán Wilson se colocó en el Gil Vicente de Portugal y Álvaro Zamora en el Aris de Grecia.

Estas salidas al exterior se produjeron a pesar de que el funcionamiento colectivo de la Mayor no les permitió brillar durante la gran cita.

Quiero aclarar que disputar un Mundial no garantiza un contrato internacional, pero sí favorece sustancialmente a la hora de enviar el ‘curriculum’ a equipos importantes (aunque también influyen otros aspectos adicionales que voy a mencionar en esta columna).

3. El dueño de la ficha juega

Los futbolistas tienen dos alternativas: 1. Firmar un contrato con su equipo local (en este caso la Liga) y ganar un buen salario.

Sin embargo, este contrato también implica que la decisión de partir afuera no dependa únicamente del jugador.

Es decir, pudieron existir ofertas de clubes del exterior por Carlos Mora, pero el equipo dueño de la ficha aspira a recibir una tajada importante del ‘queque’ para dejarlo ir.

Si el club no percibe que la propuesta es lo suficientemente buena, es probable que haga todo lo posible para que se mantenga en el equipo hasta que aparezca una oportunidad que favorezca a todas las partes.

Lo llamativo es que, al final, el monto por el que se tasa a un jugador es muy subjetivo. Por ejemplo, el gerente manudo, Javier Santamaría, afirma que la Liga aspira a recibir al menos $800.000 (427 millones de colones) por sus figuras de proyección.

Mientras que el sitio especializado en transferencias de futbolistas, transfermarkt.com, tasa a Mora en 300.000 euros (170 millones de colones).

Una diferencia abismal entre ambas proyecciones.

Lo que habitualmente hacen los futbolistas para ‘depender de sí mismos’ es aguantar hasta que finalice su contrato y no aceptar la oferta de renovación del equipo local, como sucedió con Roán Wilson, quien estaba libre para negociar con el equipo que quisiera.

Sin embargo, esta decisión no es bien vista por los clubes, que esperan que el prospecto sea agradecido y les genere algún dinero, especialmente si fue formado en la casa y se le dieron las condiciones y la vitrina para llegar al balompié internacional.

4. Carlos Mora no tuvo mundiales menores

Está comprobado que los mundiales menores también tienen una injerencia en las salidas prematuras de los jugadores.

Por ejemplo, Bryan Oviedo y Cristian Gamboa partieron a Europa después del Mundial Sub- 20 de Egipto.

Ciertamente, este ‘trampolín’ funciona para aquellos jóvenes que realmente destacan durante las citas juveniles, como también sucedió con Joel Campbell, mundialista Sub-17 y Sub-20 y figuras en ambos planteles.

En el caso de Mora, no formó parte de una generación menor exitosa y, por lo tanto, se quedó sin asistir a un mundial menor.

Incluso, algunos clubes internacionales le dan seguimiento a los prospectos desde que afrontan el Mundial infantil. Esto les permite evaluar su crecimiento en los siguientes años y especialmente cuando cumplen la mayoría de edad.

En el caso del futbolista rojinegro, tampoco ha afrontado con regularidad los torneos de segunda línea en importancia, como Copa América o Copa Oro. Fue convocado para el último certamen del área, pero se lesionó y se perdió la fase más importante.

5. El agente

En la coyuntura actual, los agentes también juegan un papel importante. Cada intermediario suele especializarse en ciertos mercados (MLS, Europa, Asia, etc), y no siempre aparecen clubes dispuestos a pagar el dinero que pretende el equipo.

Por ejemplo, el agente Adolfo Hernández me explicó que en las ligas asiáticas le piden jugadores de buen biotipo, especialmente delanteros. Otro caso es el de México, en donde priorizan el mercado suramericano (Paraguay, Colombia, Argentina y Brasil).

Es decir, mucho depende de las habilidades del agente para ‘vender’ al futbolista e incluso de las prioridades de cada jugador.

Unos futbolistas aspiran a jugar en las mejores ligas, mientras que otros quieren ganar mucho dinero, sin importar el destino. Ambos argumentos son válidos.

En este caso, sería injusto decir que el agente es el ‘gran responsable’. Sin embargo, el futuro de Mora también pasa por sus contactos y su capacidad para negociar.

El autor:

José Pablo Alfaro es un periodista deportivo con más de 14 años de experiencia. Experiodista de La Nación, hoy es panelista en Fútbol Al Día de Canal 8 y en el programa ‘Por Goleada’ de Radio Columbia. Tiene una especialidad en análisis de fútbol base de la Academia MBP School of coaches. También crea su propio contenido en TikTok (+56.000 seguidores) y Youtube (+18.000).

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