El pitazo de Keylor Herrera provocó la celebración de Herediano y las lágrimas en Liga Deportiva Alajuelense, como en Celso Borges, que lloraba de manera desconsolada. También desató la furia de unos aficionados violentos que se metieron a la cancha y empezaron a golpear a propios y extraños.
Las imágenes que se filtraron en redes sociales eran para ver y olvidar. Violencia impresionante, sobre todo un video en el que se ve a una persona totalmente inconsciente que derramaba sangre sin parar de su cabeza.
Todo comenzó cuando un integrante del Herediano se acercó a una de las graderías del Morera Soto para recoger una bandera para celebrar, sin embargo esto no gustó en el banquillo de Alajuelense, ante esto hubo una reacción violenta que tuvo respueta y lo que pasó luego fue un relajo.
Marcel Hernández se fue a los golpes con una persona con camisa verde de la Liga, pantaloneta y medias blancas; individuo que ya estaba en el campo y no provenía de las graderías. Otro que sufrió una agresión fue el volante rojiamarillo Eduardo Juárez, quien corría de espaldas y fue embestido por un hombre con camisa manuda.
Keyner Brown ante esto también se metió en la bronca y se retó a los golpes con el erizo: manazos iban y venían, también puñetazos al aire.
La Fuerza Pública invervino de inmediato, pero el caos era total.
De poco sirvió el operativo que se anunció en la previa del compromiso. Para la Gran Final se dio un movimiento con cerca de 600 personas encargadas de resguardar el orden, contemplando efectivos de la Fuerza Pública, más los personeros de la seguridad privada contratados por Alajuelense y por la Unafut. Además, es común que Herediano se traslade con su propia seguridad privada.
Ni los drones, ni la policía montada pudieron con una afición enardecida y un desorden total que provocó vallas volar, también objetos metálicos que fueron transformados en armas de defensa.
Conforme los seguidores fueron saliendo del Morera Soto, el problema se trasladó a las afueras del escenario. Los portones del reducto fueron castigados una y otra vez con furia.
El ambiente tenso tuvo periodos de calma, pero cuando parecía que todo estaba bajo control resultó que el problema saltaba en otro sector del estadio. La barra organizada de la Liga, La 12, no generó mayores problemas en las graderías, pero según los reportes de la transmisión televisiva sí se dieron enfrentamientos a la salida del escenario. También intentaron meterse a la cancha al agarrar el portón a patadas, pero la seguridad privada los logró detener.
En medio de todo lo que pasaba, hubo jugadores que terminaron con sus rostros ensangrentados, como el arquero liguista Johnny Álvarez.
Uno de los que se refirió a los problemas fue el florense, Keyner Brown.
“Pasó en Saprissa también, ya esto no es normal. Ya quedamos campeones, yo voy tranquilo a saludar a Bryan Ruiz y Celso Borges, pero veo que le están pegando a compañeros y uno no se debe dejar. Lo que vi yo fue que un utilero le pegó a uno de nosotros, luego uno de la ‘12′ le pegó a Marcel y otro pegó a Juárez. Nosotros no nos vamos a dejar...La gente tiene que entender que fue en defensa propia”, afirmó.
Brown también dio a conocer una situación que vivió ya cuando había pasado la premiación.
“Cuando vengo saliendo sale Villalobos (Guillermo) y me tiró un tubo... Yo no me voy a dejar”, finalizó.
El caos en el Morera Soto fue tal que la premiación se tuvo que hacer en el área de parqueo del bus visitante, esto porque cuando se estaba armando la tarima en el campo los mismos aficionados liguistas empezaron a increpar a las familias de los jugadores manudos, lo cual creó un ambiente de total inseguridad. Ante esto, la Fuerza Pública recomendó acabar con el evento lo antes posible.
Lo sucedido en la Gran FInal fue preocupante y bochornoso, el fútbol terminó lleno de violencia y bañado en sangre... Con heridos graves que hoy pelean por su vida y detenidos que perderán por horas su derecho de libertad.