La selección de Estados Unidos, ante 90.000 personas, se consagró ayer campeona del Mundial Femenino de Fútbol al vencer a China por 5-4 en la tanda de penales, tras igualar 0-0 durante 120 minutos.
Brandi Chastain anotó el penal decisivo, y se sacó su camiseta para festejar el segundo título mundial de las estadounidenses.
La victoria estadounidense culminó un torneo de tres semanas, que generó un enorme interés por este deporte en Estados Unidos. Incluyendo la doble jornada de ayer en el primer partido, Brasil ganó el tercer puesto al vencer, también por penales, a Noruega 5-4, esta tercera edición del Mundial Femenino fue presenciado por 650.000 aficionados en diversos estadios de este país.
Antes del penal de Chastain, habían anotado por Estados Unidos Carla Overbeck, Joy Fawcett, Kristine Lilly y la estrella del equipo, Mia Hamm.
Xie Huilin y Qui Haiyan, que ingresaron en el segundo tiempo, anotaron los dos primeros penales de China. Pero la guardameta estadounidense Briana Scurry adivinó el destino del tiro de Liu Ying, allanando el camino para la victoria estadounidense. Zhang Ouying y Sun Wen sí pudieron doblegar a Scurry, que en varios penales dio la impresión de adelantarse de la línea de gol antes de los disparos. Chastain se convirtió en la heroína de la tarde al marcar el último penal de la serie, y evitar un nuevo alargue.
Estados Unidos ahora suma dos Copas Mundiales Femeninas, al haber ganado el mundial inaugural en China en 1991, y la medalla de oro de las Olimpiadas de 1996 en Atlanta.
Las jugadoras chinas casi arruinan la fiesta, cuando un cabezazo de Fan Yunjie en el minuto 100 fue despejado de la boca del arco estadounidense por otro cabezazo de Kristine Lilly.
Fue casi la única oportunidad clara de gol en un partido dominado por ambas defensas.