Con dos goles que a la postre resultaron fundamentales, el atacante uruguayo Darío Silva brilló con luz propia en la victoria 3-1 de su equipo ante Paraguay, en partido por los cuartos de final de la Copa América de Perú 2004 disputado ayer en la ciudad de Tacna (sur de Perú).
Incisivo, luchador, incansable y con el arco entre ceja y ceja, el jugador del Sevilla español fue pieza clave en la clasificación celeste a las semifinales.
De 31 años de edad, el atacante lleva 43 partidos disputados con la casaca de Uruguay, para la cual convirtió 14 goles.
Silva había anunciado el viernes que se retiraba de la selección luego de la Copa América de Perú, debido a un conflicto por remuneraciones que enfrenta a los dirigentes con los jugadores del plantel celeste.
Su actuación de altos quilates fue seguida en orden de méritos por el también atacante Carlos Bueno, del Peñarol.
Bueno, de 24 años y una de las figuras más prometedoras del futbol uruguayo, se encargó de crear un insistente peligro sobre la valla guaraní con proyecciones, precisión y potentes remates que pusieron los pelos de punta al arquero paraguayo, Justo Villar.
En la primera mitad, varias tapadas de Villar impidieron que Uruguay empatara pues Carlos Gamarra, al 16’, puso arriba a los guaraníes.
En la complementaria, Carlos Bueno emparejó de penal (49’) y luego Silva puso arriba a los charrúas al 66’.
Villar también se lució luego de algunas jugadas de contragolpe de Uruguay.
Pero justo sobre el final (89’) una nueva escapada de Silva, que encontró mal parada a la defensa paraguaya, selló la victoria “celeste” en el último minuto de tiempo regular.