Diego Cantillo Hernández, un cartaginés de 37 años, se convirtió el lunes anterior en el primer costarricense en cruzar a nado el estrecho de Gibraltar, entre Europa y África.
Nadador de aguas abiertas desde joven, Cantillo Hernández reside desde hace tres años en Tamarindo (Guanacaste). El deportista es ingeniero en computación, carrera de la cual se egresó del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec).
El tico cubrió la distancia de 15,1 kilómetros en 4 horas y 33 minutos entre Tarifa y las proximidades de punta Cires en Marruecos. Lo hizo junto a dos nadadores de Francia y otro de Kazajistán quienes, en conjunto, cruzaron acompañados por un barco guía y otro de asistencia y certificación.
“Aprendí a nadar desde los 5 años, aguas abiertas a los 15 años, pero empecé con largas distancias en el 2016″, explicó este jueves desde Tarifa, un municipio español de la provincia de Cádiz (Andalucía) al extremo sur de España, frente a la costa de Marruecos.
La temperatura del agua en el estrecho de Gibraltar puede oscilar entre los 16 °C en invierno y los 22/23 °C en verano. De hecho, Cantillo Hernández explicó que tanto los primeros como los dos últimos kilómetros de su travesía los hizo en aguas con temperatura de 16 grados. En el tramo central rondaron los 19 grados.
“El hecho de cruzar en grupo hizo que debiera nadar un poco más despacio y, con estas temperaturas, el frío sí pegaba más y volvió el reto más interesante porque sí sentís la temperatura”, explicó el joven quien nadó sin traje de neopreno.
Su equipo se limitó a unos anteojos, gorra de natación y una pantaloneta convencional para ese deporte.
Para mantener la energía, los nadadores pueden recibir hidratación especial con carbohidratos y alguna proteína sin tocar el bote, pues si lo hacen quedan descalificados.
Para ello, comentó, deben recibir en una canastilla especial extendida desde el barco, una bolsa pequeña con los nutrientes, hacer nado dorsal con una mano y, mientras tanto, con la otra mano tomar los alimentos. Luego, depositar la bolsa en la misma canastilla especial y seguir nadando.
Las reglas y la ansiedad
Superar el reto y obtener el certificado de la Asociación Cruce a Nado del Estrecho de Gibraltar (Acneg), también dependía de una serie de factores, según explicó.
Por ejemplo, dijo, Acneg indica cuándo es posible cruzar en atención a mareas, corrientes de viento y mar y el propio paso de embarcaciones de carga por el mar Mediterráneo. Además, hay secciones por donde está prohibido pasar a nado por orden de las autoridades marroquíes.
Todo se suma al principal de los desafíos en aguas abiertas, como es el de lidiar con el desgaste. Según su experiencia, la ansiedad de conseguir el objetivo agrega estrés, si no se sabe manejar.
“Es como tener una tonelada de peso encima. En esta ocasión no pregunté cuánto faltaba y procuré mantener mi mente en blanco, lo peor es hacer cálculos mentales”, indicó.
El cartaginés había nadado 46 kilómetros en el 2018 alrededor de la isla de Manhattan en la ciudad de Nueva York, cuando completó el recorrido en poco más de 8 horas.
Este jueves, él tuvo muy presente a su madre, Nesmy María Hernández D’Avanzo, quien lo inició desde niño en la natación. Ella era quien lo llevaba a los primeros entrenamientos y le ayudó a prepararse para sus primeras competencias.
“De hecho, ella en Costa Rica sigue nadando de madrugada y diría que es mucho más disciplinada que yo porque sale a las 5 a. m. a entrenar a una hora y con un frío que ni yo lo haría”, contó muy orgulloso de su mamá.