Barcelona, 1 feb (EFE).- Habitualmente silenciosa, la grada del Camp Nou estalló contra el colegiado del partido ante el Zaragoza (2-1), Rodríguez Santiago, a quien recriminó especialmente la expulsión del brasileño Ronaldinho en la primera mitad.
La afición barcelonista acudió al estadio empeñada en empujar a su equipo hacia las semifinales, donde esperaba el Real Madrid, pero acabó dirigiendo todas sus críticas al árbitro, protagonista indiscutible del partido.
Tanto se indignó el Camp Nou que la grada se pobló de pañuelos de protesta en varios momentos. Sobre todo cuando Ronaldinho fue expulsado por una entrada en el centro del campo a Cani, pero también cuando el árbitro no le mostró a Ponzio la que hubiera sido su segunda amarilla, en el minuto 53.
En un partido tenso de por sí, cada gesto del árbitro levantó a la grada. Reclamó el público tarjeta para el equipo rival en cada falta del Zaragoza, pidió amonestaciones para las pérdidas de tiempo del Zaragoza y despidió al colegiado con una estruendosa pitada.
Al término del partido, todos los jugadores del Barcelona se dirigieron a Rodríguez Santiago para pedirle explicaciones por su arbitraje y el colegiado amonestó, una vez finalizado el partido, a Van Bommel. EFE
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