Nueva York (AP). Mariano Rivera nunca olvidará sus primeras experiencias en el Yankee Stadium.
Era 1995 y lo que más le impactó fue el sitio detrás del jardín izquierdo con las leyendas de los Yanquis, los Babe Ruth, Mickey Mantle, Joe DiMaggio y Lou Gherig.
Me sentaba en la banca del bullpen y pensaba en lo que ellos pasaron en este mismo sitio, dijo Rivera. Es algo bastante especial haber jugado en el mismo estadio que ellos. Me di cuenta de lo afortunado que era.
El Yankee Stadium, el escenario del Juego de Estrellas el martes, se encuentra en su último año de existencia. Los Yanquis de Nueva York están dándole los toques finales a un nuevo parque que han erigido a unos cuantos metros al norte del estadio que han ocupado durante 85 años en el Bronx.
Ha sido testigo de innumerables episodios imperdurables, como el emotivo discurso de un Gherig deshauciado, los tres jonrones de Reggie Jackson en un mismo juego de la Serie Mundial y hasta una pelea de boxeo entre Joe Louis y Max Schmeling.
Como relevista de los Yanquis, el panameño Rivera también se ha ganado su espacio entre los grandes del equipo y junto a su compañero Derek Jeter estará en su noveno Juego de Estrellas.
Cuando me enteré que el Yankee Stadium iba a ser la sede del Juego de Estrellas, me dije que por nada del mundo me iba a perder esa cita, comentó Jeter.
El torpedero no es el único. Trece de los últimos 14 juegos ya tienen la etiqueta de lleno completo. Los precios oficiales de las entradas para el Juego de Estrellas serán los más caros de la historia, con los palcos oscilando entre los 525 y 725 dólares.
Será la cuarta vez que el Yankee Stadium hace de anfitrión del juego y la primera desde 1977. El nuevo estadio, con una réplica de la fachada anterior, ha tenido un costo de 1.300 millones de dólares y contará con todo tipo de amenidades, incluyendo un Hard Rock Cafe en su interior.
Pero no todo serán remembranzas.
Hay que disputar un partido y el mismo tiene el valor de determinar el equipo que arrancará como local en la próxima Serie Mundial.
Ese factor incide. Desde 2003, los equipos de la Liga Americana tienen récord de 8-2 en los dos primeros partidos del Clásico de Otoño y salieron campeones entre tres de esos cinco años.
También es cuestión de orgullo para la Nacional, deseosa de poner a fin a una sequía de 11 partidos sin ganar y de paso silenciar la insistencia que la Americana es superior.
Vamos a acabar con esta mala racha, declaró Clint Hurdle, el piloto de Colorado a cargo de la Liga Nacional. Yo sé que también hay un elemento de diversión, pero le he enfatizado a todos sobre la importancia de ganar.
El Viejo Circuito, al menos en los papeles, esgrime varios aspectos y argumentos a su favor.
Uno que salta a la vista es la estadística de jonrones de las mayores, donde ocho de los 10 primeros juegan para equipos de la Nacional. Pero el líder Ryan Howard, con 28 cuadrangulares para Filadelfia, no fue seleccionado.
Es un equipo en el que sobran artilleros, particularmente en un cuadro interior conformado por el inicialista Lance Berkman (Houston), el intermedista Chase Utley (Filadelfia), el torpedero dominicano Hanley Ramírez (Florida) y el antesalista Chipper Jones (Atlanta).
Hay tanto material que Hurdle tendrá en la banca a figuras de la talla de Albert Pujols y Miguel Tejada.
Tampoco están mal con el pitcheo, sobresaliendo Brandon Webb, el novato dominicano Edinson Vólquez y el venezolano Carlos Zambrano, todos con más de 10 victorias.
Su receptor será el puertorriqueño Geovany Soto, uno de ochos jugadores de los Cachorros seleccionados. Soto se unirá a su compatriota Sandy Alomar junior, catcher de la Liga Americana en 1990, como los únicos novatos en la posición en ser titulares.
Soto es el reflejo de un recambio de figuras en las Grandes Ligas. Un total de 28 debutarán en el clásico.
Los Medias Rojas de Boston, con siete, será el segundo equipo más representado, además del manager Terry Francona.
Pero la Americana no se queda atrás y sus dos principales abanderados, el tercera base Alex Rodríguez --el tercer Yanqui elegido-- y el jardinero dominicano Manny Ramírez, son los que más acumulan selecciones al juego con 12 cada uno.
Una incógnita es saber quién será el cerrador de la Americana, si se presenta la oportunidad: Rivera o el venezolano Francisco Rodríguez?
Por las circunstancias y en un año en el que ha estado perfecto en sus 23 ocasiones para conseguir el rescate, Rivera es la opción lógica. Rodríguez, sin embargo, puede presumir que sus 38 salvamentos son la mayor cantidad conseguida antes de la pausa por el juego.
Rivera llegó a ser mencionado como posible abridor, pero Francona rechazó de plano la idea.
Mariano Rivera podría ser el mejor relevista de todos los tiempos, pero no es un abridor, acotó Francona. ...No quisiera exponerlo a un riesgo innecesario por algo a lo cual no está acostumbrado.