La Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) y la Unión de Clubes de Fútbol de la Primera División (Unafut) anunciaron sanciones ejemplares, tras el caos en la Gran Final entre Liga Deportiva Alajuelense y el Club Sport Herediano. Sin embargo, hay quienes piensan que los castigos se quedaron cortos por culpa del mismo reglamento y de multas permisivas.
Joseph Ramírez tiene casi 17 años como comisario en partidos internacionales con Concacaf y FIFA y últimamente se especializó como oficial de seguridad para estas organizaciones. Además, trabajó en la Fedefútbol y fue gerente en equipos ticos, por lo que tiene una visión completa. Su análisis es tajante: “No se pueden imponer sanciones que no están estipuladas y no existen”.
Ramírez considera que se está en un momento crucial, en el que los dirigentes deben tomar lo que ocurrió en el Morera Soto como ejemplo y hacer una reforma importante a las normas. Desde su punto de pista, se está perjudicando a la industria del fútbol con este tipo de actos violentos y si no se toman las medidas necesarias, aficionados y patrocinadores pueden perder el interés en el producto.
“Hay que trabajar mucho en el reglamento disciplinario actual. Se deben aumentar los castigos y las sanciones, porque hoy las penas que están son muy condescendientes con los infractores. Lo que pasó en la final no basta con el veto de un inmueble, porque esa misma afición se traslada a otro estadio, siguen asistiendo y los problemáticos pueden causar caos en otro escenario. Se debería vetar el estadio y jugar a puertas cerradas”, valoró.
Además, recalcó: “Las consecuencias de lo que se hace deben ir de la mano con los castigos, porque sino hay multas que son muy fáciles de pagar. Un claro ejemplo es lo que pasó con las salidas tardías, que luego fue un verdadero relajo lo que pasó con el protocolo. Todo esto afecta el espectáculo y puede ir alejando a la gente del fútbol”.
Uno de los temas que más preocupa a este experto es que actualmente no se puede hacer nada y el próximo certamen se jugará con el mismo reglamento disciplinario, ya que los ajustes solo están permitidos al inicio de cada temporada (a mitad de año).
De igual forma, considera que los dirigentes deberían empezar desde ya a trabajar en una normativa más rigurosa y que haga que todos los protagonistas se alineen y que los haga pensar dos veces antes de saltarse una regla, como la de salir tarde en los partidos.
Imposible ver castigos inimaginables
Joseph Ramírez recalcó que no se podían esperar castigos nunca vistos para la Liga, el Team o el Morera, porque los miembros del Tribunal Disciplinario no podían inventar nada y mucho menos pasar por encima de la reglamentación vigente. El Tribunal debía apegarse a lo que existe.
“Hay que respetar el principio de la aplicación del reglamento, porque no se pueden imponer sanciones que no están estipuladas y no existen. Incluso, para el siguiente torneo tampoco se pueden pedir condiciones diferentes en lo disciplinario, porque se está a mitad de temporada”.
Ramírez considera que si se quiere hacer una reforma importante, la Fedefútbol debería intervenir y así realizar los cambios que se requieren.
“Soy partidario de que la competición regrese a la Federación de Fútbol de Costa Rica por algunos años y que la organización del fútbol se maneje desde un solo lugar. Que se integre todo y así la toma de decisiones sería más fácil a la hora de la organización y así no se tiene a una persona organizando el torneo, otra manejando el disciplinario y otra dando licencias”.
El conjunto rojinegro deberá pagar un total de ¢12,9 millones por no brindar la seguridad necesaria para la ceremonia de premiación; además, por actos de vandalismo de su afición, invasión de la cancha y el ingreso de objetos no permitidos, entre otros.
Ocho jugadores florenses fueron sancionados entre tres y 11 partidos de suspensión. Entre ellos Steven Orias (11 fechas), Marcel Hernández (siete), Allan Cruz (ocho), Anthony Walker (seis), Luis Ronaldo Araya, Keyner Brown y Andy Rojas (cuatro cada uno) y Eduardo Juárez (tres).
De Alajuelense fueron castigados los futbolistas Johnny Álvarez (seis partidos), Rashir Parkins y Guillermo Villalobos (tres partidos).
Concacaf obliga a alinearse
Joseph Ramírez no puede hablar en nombre de la Concacaf, pero luego de casi 17 años trabajando con ellos en la organización y en la seguridad para partidos en el área, tiene claro que hay una normativa muy rigurosa para evitar que se presenten actos de violencia o de incumplimiento de normas por parte de los equipos.
“Concacaf busca que exista una buena imagen del producto y hay una línea de trabajo y quien no lo hace, no puede competir. Por lo mismo es que hay tanto requisito y tanta solicitud para competir a este nivel, porque se busca que no se afecte la integridad de la competición por conductas o actos de algún equipo”.
Ramírez detalló que Concacaf toma las medidas necesarias para que el club que incumple sienta el peso. A su consideración, esto no funciona así en el torneo en Costa Rica y ve que hay castigos hasta ilógicos. Además, recordó que hay una ley vigente que también se podría aplicar, pero desconoce por qué no se hace.
“Hay otro aspecto que se toca poco y es que desde el 2013 se aprobó una ley en contra de la violencia y discriminación en los eventos deportivos. Esta ley tiene sanciones totalmente aparte de lo que pueda imponer el Tribunal Disciplinario e incluso hay una pena en la que hasta se le puede retirar la licencia a un entrenador, dependiendo de su accionar”, concluyó.