Alfonso Quesada está próximo a cumplir un año vistiendo la camiseta del Diriangén de Nicaragua. El exarquero de la Universidad de Costa Rica, Alajuelense, Grecia, entre otros equipos, decidió hace un año aceptar el reto de ir al país vecino con la incógnita de qué tipo de fútbol se encontraría.
No obstante, 10 meses después asegura que fue una decisión acertada, sobre todo porque Nicaragua volvió a encontrar notoriedad, también disfruta más del fútbol y se siente en un nivel alto, al punto de que está consiguiendo reconocimiento.
Quesada es el líder de arcos invictos, debido a que consiguió mantener su marco sin anotaciones durante nueve encuentros. Su seguidor más cercano es Denis Espinoza, del Walter Ferreti, con seis.
“Estoy muy contento. El equipo cada día está más unido, se ha formado una bonita familia. Acá en Diriamba se disfruta el fútbol. ¿Cómo no voy a estar contento si estoy en el más ganador de Nicaragua? Estoy dando mi máximo, disfrutando, trabajando”, declaró con emoción.
En Diriangén, el nacional volvió a sonreír, porque también siente la competencia como hacía tiempo no la vivía. Aunque se declara agradecido por lo que vivió en su última campaña en suelo nacional con Grecia, donde peleó por evitar el descenso, él es claro en que disputar campeonatos es lo que llena a cualquier deportista.
“Acá lo bueno es que tenemos una afición muy exigente, ellos siempre esperan el 100% de uno. Al principio costó adaptarse, es normal, pero conforme se fueron dando los partidos encontré el apoyo. Me ha tocado hacer buenos juegos, pero la figura es el equipo”, sentenció.
De Alfonso se recuerda que estuvo en Alajuelense de 2009 al 2016, en una etapa atormentado por las lesiones. También se le veía como uno de los guardavallas de más proyección del país, ya que tuvo proceso de Selección Sub-17 y Sub-20, pero las dolencias lo frenaron.
La comodidad de Quesada es tal que el jugador ya firmó renovación hasta 2025. En Nicaragua, Alfonso encontró regularidad y confianza, elementos que lo llevaron a marcar diferencia desde la portería.
“El trabajo es elemental y cada entrenamiento es clave porque si usted trabaja como si fuera un partido, lo hace bien. También soy muy detallista y creo que eso es fundamental para poder mostrar un buen rendimiento”, acotó.
Alfonso busca con el Diriangén el bicampeonato, una sensación que no cambia por nada. De hecho, también explicó que la vida en Nicaragua es tranquila y aunque hay similitudes con Costa Rica, él encuentra dos grandes diferencias: las calles son buenas y el costo de la vida le favorece.
Quesada reveló que por un desayuno completo compuesto por gallo pinto, huevos, natilla y pan, él pagó ¢600, mientras que eso en Costa Rica puede salir en ¢2.800.
“Me siento muy bien. Aquí estoy feliz, agradecido con Diriangén, me han tratado espectacular y estoy muy bien”, finalizó.
El jugador ha aprovechado el tiempo para conocer varias localidades del país vecino, porque Diriamba, según contó, está a 30 minutos de las playas; también se encuentra muy cerca de otras zonas turísticas como Granada.
“Nicaragua es preciosa y su gente es muy amena, por lo que yo me he sentido como en casa. Extraño a mi familia, pero la aventura por acá ha sido muy bonita”, concluyó.
En la actualidad, el Diriangén marcha en la primera posición de la clasificación con 44 unidades y ya está sembrado en las series finales del certamen.
“Vamos paso a paso, pero el objetivo es defender el título que conseguimos en la temporada pasada. La verdad, el profe José Giacone ha hecho una gran labor. El equipo es una familia y hemos hecho un gran trabajo”, puntualizó.