Pelo alborotado, dribling endiablado. Estatura pequeña, mente ágil para dibujar filigranas en la cancha, ya para el pase, ya para dialogar con el gol.
Farlen Ilama pasa su mejor momento desde que llegó a Saprissa, con el arranque del actual torneo. Hizo fama con el club que le vio nacer, Pérez Zeledón, y ahora reivindica su calidad con la camiseta morada.
Incluso, anotó uno de los tres tantos con que la Selección de Costa Rica venció a su similar de Canadá, el domingo anterior, durante la despedida del malogrado proceso hacia Francia 98.
Pero todo este halo que imanta su figura no le hace perder la rectitud de su camino, a pesar de las "sillas peligrosas que le invitan a parar", como canta el trovador cubano, Silvio Rodríguez.
"Lo que recojo ahora es el fruto del trabajo y del esfuerzo que he realizado a través de los años y que poco a poco se convierte en éxito", explicó ayer el Saltamontes morado.
Lejos de asumir en forma individual el guiño de la diosa fortuna, Ilama prefiere hacer partícipes a sus compañeros.
"Desde que llegué a Saprissa sabía que conforme pasarían los partidos, las cosas saldrían mejor, porque me entendía mejor con mis compañeros. Gracias a ellos y a que hemos logrado formar un grupo, es que a mí me salen bien las cosas, aunque desearía que al equipo le fuera igual".
Farlen, de 25 años de edad, se refería a la difícil situación que atraviesa el conjunto morada, que no logra conquistar triunfos.
"Esta situación es pasajera y sirve para estimularnos a ser mejores.
Pronto superaremos este mal rato y se verá cómo todos nos juntamos mejor hasta alcanzar el campeonato".