De los cinco partidos de preparación que solicitó el técnico Alexandre Guimaraes antes del Mundial de Alemania 2006, la Federación solo dispone de uno: el 11 de febrero ante Corea del Sur.
Así lo confirmó ayer el secretario general de la Fedefut, Milton Castro, quien, no obstante, aseguró que la Tricolor tendrá los partidos de fogueo que necesita para realizar una buena presentación en la cita teutona.
Costa Rica jugará ante los corenos en el McAfee Stadium, ubicado en la ciudad de Oakland, California, Estados Unidos.
Además, se tiene programado un partido para el 31 de mayo contra República Checa, segunda en el escalafón de la FIFA, solo superada por Brasil, actual campeón del mundo en Corea y Japón 2002.
No obstante, este juego está pendiente de confirmación, pues ayer el empresario costarricense Lázaro Broitman afirmó que la Federación Costarricense solicitaba un elevado monto por presentarse.
Ofrecimiento. Según Broitman, los checos ofrecían tiquetes de avión en primera clase, alimentación, alojamiento en hotel cinco estrellas y jugar en un estadio nuevo a 100 kilómetros de la capital, Praga.
"Pero Hermes Navarro (presidente de la Fedefut) pidió 100.000 euros, luego $100.000 y más tarde $50.000. Por supuesto, los checos dicen que no pagarán nada".
No obstante, Castro justificó que la Tricolor, que por tercera vez va a un Mundial, la segunda consecutiva, no puede jugar gratis.
"Tenemos nuestro espacio en el concierto internacional y si bien el dinero no es obstáculo para jugar, tampoco podemos hacerlo por nada", aseveró ayer el dirigente.
Agregó que si bien con Broitman no siguen las negociaciones, sí lo harán con otros empresarios.
Castro sostuvo que la falta de fogueos preocupa tanto a la Fedefut, que su presidente Hermes Navarro, decidió ocupar tiempo completo para conseguirlos.
"Esto nos hace prometer que antes de que la Tricolor debute en Alemania, tendrá los cinco fogueos que nos pidió el seleccionador".
Extraoficialmente se dijo en la Fedefut que para esa fecha (31 de mayo) se tiene como última opción a la selección de Irán.
Sin embargo, este juego se torna complicado por la situación política que vive esa república islámica.
Por su posición antisemita, ni EE. UU. ni Europa permitirían que el partido se jugara en su territorio, lo que obligaría a hacerlo en Irán, algo difícil para la Tricolor.