A los hermanos Elizondo les bastó con crecer para convertirse en futbolistas, porque lo traían en la sangre como una herencia de su padre, el gran defensor Memo Coto.
Guillermo Elizondo Gómez, el mayor de los hijos de Memo , tenía claro su destino y, desde pequeño, aprendió a correr tras la pelota en su natal Cartago.
Empezó su carrera con los mosquitos del barrio La Soledad en Cartago, a los 12 años, hasta que en 1952 pasó a las ligas menores del Cartaginés.
Con los brumosos jugó en el juvenil y en Tercera División, antes de llegar a la máxima categoría.
En 1954 pasó a la Sociedad Gimnástica Española, pero dos años después abandonó el futbol.
Regresó para jugar con El Carmen de Alajuela en la Segunda División y después pasó al Uruguay de Coronado. Con el cuadro lechero ganó el título de 1963, en el que destacó como goleador nacional.
Ese año integró también la Selección Nacional que ganó invicta el primer torneo Norceca de naciones y, en 1964, jugó para el Águila de El Salvador.
Regresó al país para integrar el Club Sport Herediano y decir adiós al futbol en 1968.
Después de su retiro, trabajó como programador de vuelos en Lacsa, hasta que en el 2000 sufrió un accidente en el que se lesionó la columna vertebral. Ese padecimiento lo motivó a pensionarse.
Guillermo cumplió 66 años, está casado, tiene tres hijos y vive en Hatillo.
Recuerdo la primera vez que jugamos en San José, contra Saprissa, éramos unos chiquillos salidos de Cartago”
Guillermo Elizondo G.
Exfutbolista nacional