Mario Guzmán creció con el parque Antonio Escarré en el patio de la casa. Dentro del diamante se tatuó el beisbol en el alma y, en las gradas, muchos perdieron la cuenta de las veces que se voló la cerca.
Solo en el parque josefino, Mario conectó 214 cuadrangulares. Durante 43 años esa fue su obsesión.
Comenzó en 1959 con el equipo Conclave, de don Mario Argüello padre, y, en 1961, participó en el I Campeonato Centroamericano de Beisbol Infantil.
Para 1965, recibió la autorización de participar en la Primera División, aún siendo un juvenil. Ese año fue el mejor novato y el líder en carreras anotadas.
Se consolidó como paracortos de la Selección Nacional, Hopec, Kent, Marlboro, Numar, UCR, UNA, Super Gas, Ulacit, La Salle y Seminario. Además, jugó tres años en Nicaragua y fue ficha de los Medias Blancas de Chicago.
Con la Tricolor obtuvo la medalla de plata en los II Juegos Centroamericanos y participó en los Mundiales del 72 y 73. En 1975 fue líder en cuadrangulares, carreras anotadas e impulsadas.
Durante los últimos 12 años de su carrera deportiva, fue patrocinador, manager y jugador del equipo Seminario.
Dejó el beisbol el año pasado, cumplió 53 años, está casado y tiene 8 hijos.
Vive en Desamparados, es abogado desde hace 21 años y trabaja como funcionario público, especializado en el área penal.
Mi salida abrupta del beisbol me ha producido algunos problemas emocionales que, poco a poco, he ido superandoo/oo
Mario Guzmán García
Exbeisbolista nacional