EscucharPalmas de las manos rojas por el esfuerzo. Brazos cansados por cada remate, cada bloqueo, cada punto. Pero toda aquella fatiga desapareció cuando sintieron el título en su poder. El sexteto de Flores se coronó, la noche del jueves anterior, campeón del Torneo de Copa de voleibol.
Ante un difícil rival, como lo es USJ-Abangares, la serie final se extendió a tres partidos. En el primer encuentro, Flores venció 3 sets a 2; en el segundo, los pamperos ganaron 3 a 1.
Bajo la dirección del técnico Juan Acuña, los actuales jerarcas llegaron al Gimnasio Nacional con el objetivo de acuñarse el cetro que perdieron el año anterior frente a Belén.
En los primeros minutos, la ilusión tuvo dificultades para formarse, los números se inclinaban hacia un Abangares ansioso de imponer su categoría, la pizarra parcial marcó 15-8 a favor de los guanacastecos.
El aliento volvió en el segundo set, un 15-8 le dio el aire necesario a los florenses para recuperar terreno. Las piezas se juntaron poco a poco. Motivados, repitieron su hazaña y sin complicaciones se impusieron 15-4.
La historia empezaba a cambiar, pero los universitarios se encargaron de agregar más páginas al libreto. En el cuarto set trajeron la paridad en el marcador. También de forma muy sencilla ganaron, 15-3.
El quinto set fue inevitable. Cualquier error era punto. Los equipos se mostraron más concentrados, pero a la vez más tensos. Rostros cubiertos por la seriedad, movimiento constante en un solo lugar, la mente fija en el balón, pero también en la pizarra.
A diferencia de los otros, este set fue el más disputado. El marcador se movía en ambas direcciones. Conforme se acercó el punto 10 para Flores, Abangares se distrajo, la ansiedad por no dejarlos escapar les cobró la factura. Al final, la balanza se inclinó a favor de los florenses, 15-12.
Al caer el último punto, los jugadores del sexteto vencedor se lanzaron al centro de la cancha, unidos en un solo abrazo festejaron el cetro.
Desde afuera, un hombre vestido con trajo entero, los vio celebrar. Así en solitario, el técnico Juan Acuña saboreó la victoria. Los organizadores quisieron entregarle el trofeo, pero con voz firme dijo: "Entrégueselo al capitán o a algún jugador, este premio es de ellos."
"Este campeonato es una labor de todos los jugadores; ellos se entienden muy bien; yo nada más soy un guía", prosiguió el técnico, quien lleva seis años al frente del conjunto.
"Es un equipo muy rotativo que sabe seguir lo que se le indica. Salgo satisfecho y muy tranquilo. Ya tenemos ganada la primera fase del Campeonato Nacional, porque este torneo es la primera vuelta."
Estaba sudoroso y caliente. Una pequeña cortina de vapor se formaba sobre su cabeza. Con la copa en la mano, el capitán ganador, Rónald Valle, de 37 años, explicó que "este es el regreso para retomar el camino del campeonato".
"Fue un partido muy cerrado, pero las ganas de regresar marcaron la diferencia con Abangares", concluyó el veterano atleta.
Los campeones se llevaron todas las flores. Ahora queda el reto de defender el cetro en el Campeonato de Primera División que comienza en tres semanas.
