El papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, siempre se distinguió por ser un gran aficionado al equipo de fútbol San Lorenzo de Argentina, cuyos seguidores son conocidos como los Cuervos.
Incluso tenía su carnet de socio con el número 88535N-0. El amor por San Lorenzo nació cuando el equipo rojiazul ganó un título en 1946, que marcó profundamente a Bergoglio, quien en ese momento tenía 9 años de edad.
A lo largo de su carrera sacerdotal Francisco se mantuvo muy activo como aficionado, en un país donde el fútbol es en sí mismo una religión.
Nunca fue uno más y siempre fue uno de los nuestros. Cuervo de niño y de hombre... Cuervo como sacerdote y Cardenal... Cuervo también como Papa...
— San Lorenzo (@SanLorenzo) April 21, 2025
Siempre transmitió su pasión por el Ciclón: cuando iba al Viejo Gasómetro para ver al equipo del 46, cuando confirmaba a Angelito… pic.twitter.com/nVc8fWC9wi
Cuando San Lorenzo obtuvo el principal logro de su historia, el título de la Copa Libertadores de América en el 2014, Francisco ya era Pontífice. Lo primero que hizo el club fue ir a visitarlo para mostrarle el trofeo y regalarle algunos obsequios, como una camisa personalizada.
El equipo le dedicó un emotivo homenaje en sus redes sociales este lunes, luego de conocer la noticia de su fallecimiento.
“Nunca fue uno más y siempre fue uno de los nuestros. Cuevo de niño y de hombre... Cuervo como sacerdote y Cardenal... Cuervo también como papa”, indica la publicación, que también recuerda que en un momento de su vida el Pontífice acostumbraba ir al estadio.
Bergoglio acostumbraba a citar el deporte y el fútbol en sus mensajes, como una herramienta para transmitir valores.
El Club Atlético San Lorenzo de Almagro fue fundado en 1908 y tiene su sede en el barrio de Flores de la capital Buenos Aires. Juega como local en el estadio Pedro Bidegain, el Nuevo Gasómetro, con capacidad para 48.000 espectadores.
Su segundo aficionado más famoso, antes del día de hoy, es el conductor de televisión Marcelo Tinelli, quien era vicepresidente de la directiva en el 2014 y visitó el Vaticano después de la hazaña de la Libertadores en ese año. Después fue elegido presidente del club.
Como todos los argentinos, el papa Francisco jugó fútbol en su juventud. Sin embargo, él mismo admite en su biografía Esperanza (2025) que no era muy bueno y tuvo que buscar refugio en la portería. “Siempre me gustó jugar al fútbol, daba igual que no fuera muy bueno. En Buenos Aires, a los que eran como yo los llamaban ‘pata dura’. Algo así como tener dos pies izquierdos. Pero jugaba. A menudo hacía de portero”, reconoció con sinceridad.
Como aficionado no tenía fallas. Luego de ascender al trono en el Vaticano, hizo una confesión extrarreligiosa: “Un guarda suizo me pasa los resultados”, afirmó sobre la manera en que seguía los resultados del Cuervo en tiempo real.
El día que San Lorenzo ganó la Copa Libertadores en 2014, Francisco iba volando hacia Corea del Sur en una de sus peregrinaciones. Todo el camino pidió que le informaran minuto a minuto sobre el partido. Nunca trascendió si, aprovechando sus buenos contactos celestiales, intercedió en las alturas pidiendo algún favor especial para su equipo.
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