El Real Madrid estaba viviendo una pesadilla, una que nadie veía venir en el Santiago Bernabéu, pero un discutido penal lo sacó del abismo y le dio la clasificación a la semifinales de Champions League.
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Los merengues cayeron en casa 3-1 ante la Juventus, pero sellaron el boleto gracias al global de 4-3, pues habían ganado 3-0 en la ida.
Después de ver la repetición mil veces, creo que NO es penalti.
Posted by 2010MisterChip on Wednesday, April 11, 2018
Corría el minuto 90+3, los italianos tenían una ventaja milagrosa de tres goles a cero y el Madrid presionaba con todos sus recursos.
Cristiano cabeceó el balón hacia el centro del área, donde estaba Lucas Vásquez, quien cayó al suelo por un contacto del zaguero Benatia.
Los reclamos de los bianconeros no se hicieron esperar, Gianluigi Buffon se lanzó contra el árbitro Michael Oliver, quien le mostró la tarjeta roja. En su lugar ingresó el danés Szczesny.
Pero la molestia juventina no evitó que en el 90+8 Cristiano devolviera la calma a los merengues con un el tanto de la clasificación.
Ese gol de penal fue el más tardío en toda la historia de la Champions League, según estadísticas de Míster Chip (Alexis Tamayo).
Esa fue la acción que definió un encuento de múltiples emociones. Si no había sido suficiente con la hazaña de la Roma ante el Barcelona, la Juve se encargó de ponerle más picante a los cuartos de final.
El llamado milagro de levantarse de una goleada en casa estuvo cerca de ser una realidad, sobre todo cuando Blaise Matuidi hizo el tercer tanto (60').
El francés lo consiguió tras un error grave de Keylor Navas, quien soltó un balón precedido de un centro que parecía sencillo de controlar.
Keylor fue incapaz de dejarse la pelota y Matuidi aprovechó para empujar la pelota.
El mundo se venía encima de los merengues en su propio campo, algo que empezaron a vivir desde muy temprano.
Apenas cuando se cumplía el minuto 2 y Mario Mandzukic abrió el marcador que le dio esperanza a los italianos.
En este tipo de remontadas lo que se necesita es un tanto tempranero y el plan iba bien para los de la Serie A.
Más cuando el mismo futbolista croata cerró una jugada calcada a la anterior, con un cabezazo en el segundo palo para hacer el 2-0 (37').
El Real nunca fue anulado, incluso controló más el balón, con 55% de posesión contra un 45%, pero su rival llegó más fino.
Ni Bale con un taquito o Isco con un remate a quemarropa lograban romper el cero, cuidado de principio a fin por Gianluigi Buffon.
Tras el descenso y con solo un gol de ventaja, Zinedine Zidane movió sus fichas, arriesgando sin un contención nato como Casemiro y sacando a Bale. En sus lugares ingresaron Lucas Vásquez y Marco Asensio.
Con esas variantes los blancos seguían con la pelota pero además echaron hacia atrás a los italianos.
Pero rápidamente, la Juve recordó que no necesita tener la esférica para hacer daño.
Pjanic avisó con un disparo que desvió Navas, quien poco después vivió la desazón con su yerro.
Hasta ese momento parecía que el destino hacia tiempos extra estaba definido, pero la controversia que hoy divide al fútbol entre si fue o no penal, le dio giro al duelo.
In extremis, Ronaldo se paró frente al punto de penal, mientras Buffon se marchaba con la rabia de una roja que le impidió pararse frente al portugués.
Gol y octava clasificación consecutiva del Madrid a semifinales de Champions.