Japón le dio a España una lección de fútbol efectivo y veloz con una goleada de 4-0 este lunes en Wellington, un resultado que permitió a las asiáticas ganar su grupo en el Mundial femenino.
Ambas selecciones ya estaban clasificadas por el Grupo C, y el resultado solo definió que en octavos de final Japón enfrentará a Noruega, mientras que España lo hará con Suiza, ambas clasificadas por el Grupo A.
Japón abrió la cuenta al minuto 12 gracias a una veloz descolgada de Hinata Miyazawa y amplió al 29 con un gol de Riko Ueki, tras una fulminante combinación con Miyazawa.
El tercer gol fue más de lo mismo: una jugada rápida que sorprendió a la zaga española y un remate de Miyazawa al minuto 40, mientras que el 4-0 fue una incursión personal de Mina Tanaka al 82 que las españolas no atinaron a frenar.
El partido se disputó en una noche helada en el Estadio Regional de Wellington, con cerca de dos tercios de su capacidad.
España planteó su conocido fútbol de toque del balón, con el que acostumbra a dominar a sus contrincantes. Solo que esta vez se topó con un rival impecable en el orden defensivo y fulminante en las jugadas rápidas.
Aitana Bonmatí ofició de conductora de la orquesta española, repartiendo balones entre sus compañeras que tocaban y tocaban en busca de un resquicio que no aparecía.
Japón quebró por primera vez las líneas españolas con un servicio profundo desde la izquierda de Jun Endo, que la atacante Miyazawa convirtió en gol, una fórmula que se repitió con pequeñas variantes a lo largo del partido.
Antes y después de los goles japoneses, el dominio territorial y control de la pelota eran de España, pero el peligro real surgía cuando las niponas se apoderaban del balón y lo lanzaban en profundidad en busca de sus veloces atacantes.
El orden defensivo japonés probó ser un desafío supremo para España, que venía de ganar holgadamente a Costa Rica (3-0) y Zambia (5-0) en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
Las dirigidas por Jorge Vilda intentaron sin éxito explotar la habilidad de Alexia Putellas y la velocidad de Salma Paralluelo para resquebrajar el sólido esquema japonés.
España aumentó las revoluciones en el segundo tiempo, con un mejor control de las delanteras japonesas y más intensidad en la búsqueda del gol.
Pero el tiempo pasó y nunca aparecieron las grietas en el bloque defensivo japonés.