Aunque parece la misma película, era otra con pequeñas adaptaciones. Canadá intentó su papel de irreverente, como la primera vez. Julián Álvarez rompió el cerrojo, como la otra vez. El 2 a 0 -idéntico marcador al de la fase de grupos- quedó como moderada ventaja, al mismo tiempo insaldable, entre Argentina y Canadá en la Copa América.
Lionel Messi anotó el segundo -esto sí es nuevo, en un torneo que hasta ahora seguía esperando las anotaciones del astro-. De actuaciones discretas, al menos para lo que su leyenda hace esperar, Messi apenas desvió un remate que se cruzó con él, solo, sin marca frente al marco, en los línderos del área pequeña.
La aparente posición prohibida y si realmente había tocado la pelota -dudas en propios y extraños, como evidenciaron el discreto festejo albiceleste y la actitud del árbitro- fue resuelto pronto por el VAR: gol del 10, habilitado por un zaguero lejano a la acción.
El 2 a 0 estaba sellado en el minuto 51, mucho más temprano que la otra vez, cuando Argentina tuvo que buscar el segundo tanto hasta el minuto 88.
Canadá tuvo opciones de vencer al Dibu Martínez, como el juego de la fase de grupos, pero de igual forma el triunfo argentino nunca se vio en peligro. Con cuatro victorias y un empate (resuelto en penales contra Ecuador), la Albiceleste mantiene su papel de favorita.
Aunque el formato del torneo no la enfrentó previamente a los principales retadores (Brasil, Colombia y Uruguay) está sin sobresaltos en la final de la Copa América y a la espera del ganador entre colombianos y charrúas, el plato fuerte de las semifinales, este miércoles a partir de las 6 p. m.