Miles de argentinos celebraron en torno al Obelisco en Buenos Aires la madrugada de este lunes la consagración de la selección de Lionel Messi como bicampeona de la Copa América, tras vencer 1-0 a Colombia en una final electrizante definida en el alargue.
Los fanáticos, muchos envueltos en banderas argentinas, desataron la fiesta pese a las bajas temperaturas del invierno austral, en los alrededores del emblema porteño, epicentro de los festejos en Buenos Aires, al grito de “¡Dale campeón!”.
Los hinchas también corearon “¡Olé, olé, olé, Fideo, Fideo!”, en homenaje a Ángel Di María en su despedida de la selección argentina. “Somos campeones de América, a disfrutar este valioso momento único para nosotros, ya que tenemos la posibilidad de festejar con el más grande, Dios Messi, y con la despedida del ‘Fideo’ Di María”, expresó Pablo Iñigo a la AFP, quien se acercó al Obelisco a celebrar.
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A la celebración se sumaron automovilistas en una ruidosa caravana por la céntrica avenida 9 de Julio, haciendo sonar las bocinas y agitando banderas argentinas. “Argentina campeón de América y del Mundo, vamos por otra copa más”, declaró Sergio Giménez en medio de la fiesta callejera. “Lo único que pido es a Di María, si te queda un Mundial más, no seas malo, quédate”, se entusiasmó este fanático.
El presidente Javier Milei también felicitó a los bicampeones de América a través de las redes sociales. “Vamos Argentina carajo..!!! Somos campeones otra vez...!!!!”, celebró en la red X.
La fiesta popular se vio empañada por la muerte de un fanático que, antes del inicio del partido, trepó a una estructura frente al Obelisco para agitar una bandera, perdió el equilibrio y cayó al vacío desde unos seis metros de altura. El cuerpo de la víctima, de 29 años, fue rápidamente retirado por los bomberos.
Varios cientos de personas se congregaron para seguir el partido desde el lugar, aunque no fue transmitido por las pantallas de la céntrica avenida y debieron conformarse con verlo desde sus teléfonos. Otros colmaron los bares y cafés de los alrededores, donde se cobijaron del frío y se apiñaron alrededor de los televisores para desatar la euforia con el gol de Lautaro Martínez, que selló la victoria a los 112 minutos del partido.
Con el pitazo final, la celebración se trasladó a las calles, donde muchas familias asistieron con niños pequeños en medio de las vacaciones invernales escolares. Entre cánticos de hinchada, casacas argentinas y pelucas albicelestes, la celebración se prolongó durante horas en la madrugada.
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