Decaída, sin respuesta y aún masticando su derrota, Yokasta Valle se sentía frustrada. Con el ego lastimado e imponente, aún no digería el revés ante la alemana Tina Rupprecht, a pesar de que su experiencia le decía que el resultado no debió ser adverso.
Perder dos combates consecutivos por el título mundial, luego de caer seis meses atrás frente a la japonesa Naoko Fujioka, la hicieron dudar de sus capacidades. Replantearse si realmente el boxeo era lo suyo o si era mejor dar un paso al costado, retirarse y dedicarse a estudiar.
Aquellos pensamientos que atribularon su cabeza, mientras se quitaba los guantes en el camerino del Ballhaus Forum, en Múnich, Alemania, le hicieron preguntarse si era lo suficientemente buena o si su mánager, Mario Vega, estaría dispuesto a darle otra oportunidad.
De aquel momento de duda, de meditar abandonar el boxeo, ya pasaron cuatro años, 13 peleas invictas y el unificar los títulos mundiales de las 105 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
A ello se sumó ser elegida como la Mejor Boxeadora del Año de la FIB y firmar el mejor contrato de su vida con la Golden Boy Promotions, que por cierto la tienen a las puertas de medirse de nuevo a Rupprecht y tener su anhelada revancha.
“El día que perdí con Tina (Rupprecht) realmente pensé en el retiro. Incluso después de la pelea le dije a Mario (Vega) si me iba a seguir representando y él me dijo: ‘Claro Yoka, por supuesto. Eso fue una injusticia, no fue por vaga o que no diera el peso para la pelea, hay que seguir’”, confesó Valle.
“Sin duda quien me motivó a no rendirme fue Mario. Me insistió ‘Vamos, Yoka, hay que seguir adelante, mientras usted esté en el gimnasio entrenando, dándolo todo vamos a buscar otra oportunidad para usted por un título mundial. Crea que se va a dar en la próxima’”, añadió.
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Querer siempre más
La pugilista expresó qiue nunca estuvo tan cerca de retirarse. Que ese momento significó un antes y un después en su carrera, pues a pesar que dudó de sí misma, su mánager siempre la motivó a trabajar más duro, a no rendirse.
“Pensé que ya no iba a poder cumplir mis sueños. Imagínese, había sido campeona mundial en las 102 libras de la FIB en el 2017 en Costa Rica, había peleado en otra división, pero no pude ganar afuera como Mario me insistía. Para que me reconocieran mi trayectoria y causar un gran impacto debía ganar fuera de Costa Rica y yo había perdido dos peleas seguidas afuera. Me pregunté ¿Y ahora qué debo hacer, si ya perdí?”, dijo.
De hecho, reveló que en otras ocasiones también dudó, pero nunca cómo después de la pelea ante Tina, pues las que perdió fueron peleas por el título mundial de la Organización Mundial de Boxeo y el Consejo Mundial de Boxeo.
Yoka no oculta que aún tiene esa espinita de la derrota con la teutona y por esa razón es un combate que se tendrá que dar tarde o temprano, más aún que hoy en día que Golden Boy Promotions es la encargada de finiquitar sus combates junto a su promotor Mario Vega.
“Es la pelea que ha estado buscando durante muchos años, por el fallo que se dio en su momento, el cual considero que fue injusto. Pero bueno, en las tarjetas perdí, se la dieron a ella. Pero me ilusiona encontrarme con Tina en un terreno neutral, donde sé que puedo ganarle y arrebatarle ese título, porque el tiempo es de Dios y siempre habrá revancha”, declaró Valle.
Su invicto de 13 combates es otro de los motivos para estar feliz, el no haberse rendido, no retirarse y más aún, el defender su título durante la pandemia de la covid-19, a pesar de todas las restricciones que se dieron en su momento, son parte de su mejor versión.
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De hecho, la Federación Internacional de Boxeo (FIB) la eligió como la Mejor Boxeadora del 2021 y está entre las 10 mejores libra por libra del momento.
Por eso, Yokasta se siente orgullosa al ver entre sus manos el cinturón rosado de la OMB, pues siempre soñó ganarlo. No obstante, igual mantiene la ilusión de nuevos logros.