Xiomara Espinoza sabe que se equivocó y lo que más le duele es que su grave error perjudicó de manera tremenda a Guanacasteca, el equipo de sus amores. En un momento de cólera y arrebato, ella perdió la cabeza y tomó una mala decisión, sin medir consecuencias. Después de la derrota de la ADG contra San Carlos (0-1) en el Estadio Chorotega, entró a la cancha y golpeó por la espalda a uno de los árbitros.
Eso detonó un castigo para el cuadro nicoyano con el veto de dos fechas a su casa, que es una de sus grandes fortalezas, aunado a la multa de ¢205.000. El Tribunal Disciplinario dictó ese castigo “por la invasión agresiva de una aficionada y la materialización de una agresión a uno de los oficiales de partido”.
Al conocer esa resolución, Guanacasteca emitió un pronunciamiento en el que dio a conocer que el club reprocha toda conducta violenta dentro y fuera de su estadio y que vetó a esa aficionada de todos sus juegos de local, tanto en el Estadio Chorotega como en sus sedes alternas.
También señaló ahí mismo que toda persona que propicie y ejecute cualquier acto de violencia, discriminación o racismo, será vetada de su estadio por tiempo indefinido.
Cada equipo siempre tiene rostros que resultan familiares y muy propios de cada estadio, porque siempre están ahí. Eso ocurre con Xiomara Espinoza, porque es una de esas caras infaltables en los partidos de Guanacasteca.
Pero ella decidió salir del anonimato y dar la cara a nivel nacional. Lo hizo en una entrevista con Repretel.
“Espero me puedan perdonar”, pronunció Xiomara Espinoza antes de soltarse en llanto en esa nota del periodista Estefan Monge.
“Porque sé que en un momento de cólera uno pierde los estribos y realmente me duele toda esta situación. No estoy nada tranquila (...). Igualmente les pido mil disculpas porque no lo debí de haber hecho, reconozco, acepto todas las consecuencias del caso.
”Simple y sencillamente fue un impulso, la soberbia me ganó y sinceramente no les quise hacer daño, se los juro por Dios y mis hijos que es lo que más quiero, que no quería hacerles daño”, aseguró la aficionada.
En la nota de Repretel, ella no hizo ninguna mención al árbitro que golpeó, pero sí mandó un mensaje a la afición de Guanacasteca y a sus jugadores.
“Quiero que sepan que no lo hice con ninguna intención de dañarlos. Deseara tener una charla con ellos, porque deseara que me dieran un abrazo o algo, porque no tienen idea de hasta dónde yo he luchado por ir a todos los partidos y apoyarlos”.
Guanacasteca ya jugó el primer partido de local fuera del Estadio Chorotega. En Liberia, perdió contra Herediano 1-2. Aunque la clasificación parece alejarse por completo para el equipo de Horacio Esquivel, matemáticamente tiene algunas opciones.
Sin embargo, ahora su verdadera lucha está en lograr el boleto para lo que sería una participación histórica en la Copa Centroamericana de Concacaf.
En vista de que Liga Deportiva Alajuelense es el campeón actual de esa competición, el fútbol tico tiene derecho a cuatro plazas, de las cuales, tres ya tienen nombre: Saprissa, Herediano y la Liga.
El cupo pendiente es una lucha directa en la tabla general entre Guanacasteca (61 puntos) y San Carlos (60 puntos). O que alguno de ellos se corone campeón nacional del Torneo de Clausura 2024.
Al pensar en todo eso, Xiomara Espinoza no se victimiza, pero sigue con los remordimientos, arrepentida por lo que hizo, castigada con no poder ir al estadio y con la amargura de saber que en un momento de cólera perjudicó al equipo que tanto quiere.