El estadio Alejandro Morera Soto es ese lugar en el que los rojinegros gritaron goles, festejaron títulos y protagonizaron partidos inolvidables.
Ahí también vivieron momentos duros, le tocaron el orgullo a más de uno y es el escenario que este miércoles cumple 75 años.
"Para decirlo en pocas palabras, este estadio es mi casa, es donde me realicé, es donde realmente me siento feliz", manifestó Wílmer López, una de las grandes glorias de la Liga que en la actualidad funge como auxiliar del técnico español Benito Floro.
No solo el Pato López piensa eso.
De hecho, la Directiva actual, presidida por Fernando Ocampo pretende que el Morera Soto siga siendo un estadio familiar y, por eso, Alajuelense lanzó una serie de paquetes para que el aficionado regrese a las gradas.
Incluso, desde que arrancó este Torneo de Verano y hasta que el club cumpla sus 100 años en 2019, cada vez que la Liga juegue en condición de local le hará un homenaje a alguno de esos futbolistas que dejaron huella en la institución eriza.
La iniciativa comenzó el 7 de enero, con un tributo a Álvaro Solano, quien en el centro de la cancha tomó el micrófono y gritó: '¡Viva la Liga!'.
Con este proyecto, el grupo de trabajo de Ocampo denominado 'La Liga del Centenario' pretende fortalecer la identidad liguista.
"Desde que se entra por la puerta del guarda, usted sabe que va a ponerse una camiseta y defender unos colores grandísimos y cuando se entra al terreno de juego es como si le pusieran una coraza de fuerza a uno", comentó Mauricio Montero.
El eslovaco Jozef Miso concuerda con Chunche y afirma: "Lógicamente cuando uno entra al estadio Morera Soto se le vienen muchos recuerdos a la cabeza, ahí pasé momentos inolvidables".
Mientras continúa con las terapias para reponerse de la lesión que sufrió en el torneo pasado, el capitán Pablo Antonio Gabas también afirma que parte de los hechos más importantes de su carrera futbolística se gestaron ahí.
"El Morera Soto está sobretodo en mi cabeza y en mis emociones, está muy clavado en mí, porque me movió mucho durante juegos, durante torneos, durante años", citó Gabas.
Algunos le llaman La Catedral del fútbol al Morera Soto y según el periodista y estadígrafo Gerardo Coto, eso tiene mucho fundamento.
"Cuando uno habla de catedral del fútbol es porque son estadios que significan algo, que reflejen algo o que hayan dado mucha historia y yo creo que le calzó bien ese seudónimo", destacó.
Su colega Rodrigo Calvo apuntó que a través de los años, este recinto albergó grandes acontecimientos, como la final de la Copa Interamericana en 1987 contra el River Plate.
La Liga tiene una deuda pendiente. Desde hace seis torneos cortos no consigue el título nacional, pero con la llegada de Benito Floro, el aficionado se volvió a ilusionar, entendiendo que a partir de este Verano comienza un proceso, apostando a los jóvenes de la cantera.
Aquel 18 de enero de 1942
Alajuelense dio un gran paso el 18 de enero de 1942, cuando inauguró su propia casa, que en principio se llamó Estadio de Alajuela y que el 20 de julio de 1966 se bautizó con el nombre de su máxima gloria: Alejandro Morera Soto.
75 años después de aquel primer partido en 'La Catedral', en el que Alajuelense venció 2-1 a Cartaginés, la Liga visita a Liberia y curiosamente, su archirrival, Saprissa, juega en el reducto rojinegro contra Carmelita; pero para el liguismo eso es lo de menos, porque es un día de fiesta, al igual que este jueves, cuando se inaugurará el Monumento a Alejandro Morera Soto en el Parque Palmares.
"La historia del estadio Alejandro Morera Soto en realidad empieza por el año 1938, cuando la directiva ve necesario un lugar que identifique al equipo, a la Liga Deportiva Alajuelense, porque hay que recordar que todos esos años hacia atrás, la Liga y prácticamente todos los equipos de Primera División, utilizaban el Estadio Nacional", recordó Gerardo Coto.
Por su parte, Rodrigo Calvo relató que para esa época, la Liga estaba presidida por Carlos Bolaños, quien le propuso a sus compañeros de Junta Directiva la idea de que ya era hora de construir un estadio.
Él lanzó la iniciativa, el proyecto tuvo buena acogida y se ejecutó.
La Liga procedió con la compra del terreno de su casa actual, que era propiedad de Carlos Jiménez y por el que pagó ¢6.150.
"El metro cuadrado tenía un costo de 80 céntimos y se empezó la construcción del estadio. La directiva de la Liga gestiona ante el presidente Rafael Ángel Calderón Guardia la vieja gradería de sombra del Estadio Nacional y él hace la donación de esa gradería para el nuevo estadio de la Liga. Eso fue el primer paso", relató Calvo.
Mientras que Coto añade: 'Con el paso de los años lograron construir graderías de concreto, pero el primer año del estadio de Alajuela fue una cancha grande con dos graderías de madera que tenían capacidad para albergar a 2.000 aficionados".
En los planos originales del Morera Soto se refleja que el plan era construir un estadio con capacidad para 62.000 personas.
Según el libro de Alajuelense, escrito por José Antonio Pastor, en 1940, la Municipalidad de Alajuela organizó fiestas cívicas en beneficio de la construcción del nuevo estadio.
Las donaciones de aficionados liguistas de San José y Alajuela eran numerosas y pronto se contó con alrededor de ¢5.500 como pago inicial.
Para aquel primer partido de la Liga en el Morera Soto, hubo un llenazo.
Los caballeros pagaron 25 céntimos, las damas 10 céntimos y los niños ingresaron gratis.
José Antonio Pastor cuenta que en 1945, durante la administración de Enrique Riba Muñoz, la Liga adquiere una manzana más, en el sector norte.
"Con un costo de ¢15 el metro cuadrado, la institución tardará en cancelar la deuda seis años, pero continuará acrecentando su patrimonio. Cuatro años más tarde, por iniciativa del profesor Armando Mórux, la junta directiva organiza la marcha del ladrillo con la intención de que cada estudiante del cantón central de Alajuela aporte un ladrillo para la construcción de las tapias del estadio", recuenta la publicación.
Las obras concluyen en 1953 con la recolección de 1.139.012 ladrillos.
En 1949 también empieza la construcción de las graderías de cemento de los sectores norte, oeste y este.
Sin embargo, hubo que esperar hasta el 14 de agosto de 1949 para que se disputara el primer partido oficial por campeonato en el Estadio de Alajuela.
Ese encuentro fue ante Gimástica Española, la Liga perdió 2-6 y ese día, la recaudación fue histórica, con una cifra de ¢487,50.
La evolución en la casa eriza siempre ha sido significativa.
El 19 de marzo de 1970 se estrena la primera iluminación artificial en un juego contra el Motagua de Honduras que finaliza 4-1.
En 1982 hay nuevas ampliaciones y dos años después se inaugura un moderno sistema de iluminación.
Tres años después, se finaliza la construcción de la gradería, palcos norte y el marcador electrónico.
Continúan las mejoras y se inaugura la clínica médica deportiva, así como lo palcos del sector oeste y el salón multiusos.
En 2002 se instaló un nuevo sistema de iluminación, pues el anterior generaba muchas sombras y dificultaba la visibilidad, según decían los propios jugadores.
"Las dimensiones del terreno de juego son de 105 metros de largo por 68 metros de ancho, y la capacidad total de espectadores es de 16.525 autorizados por la Comisión Nacional de Emergencia. La institución posee todas las pólizas de seguros que se ofrecen en el mercado costarricense para este tipo de edificaciones, con el fin de proteger a las personas y al inmueble ante eventualidades de cualquier naturaleza", describe la obra de Juan Antonio Pastor.
Una de las últimas mejoras fue la renovación del sistema de iluminación, que se inauguró el 29 de agosto del 2013 y que pone a la vanguardia a Alajuelense, al superar los niveles de iluminación establecidos por la Concacaf para encuentros nocturnos internacionales.
La modernización continúa y a mediados de 2016 se dio a conocer que en este 2017 el Morera Soto cambiará su grama sintética para instalar una cancha híbrida (90% natural y 10% sintética) igual a la que tiene el Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu.
Además, antes de que terminara la gestión de Raúl Pinto se inauguraron los predios en Turrúcares y en Guápiles.
La Liga ya construye un Centro de Alto Rendimiento de primer mundo y está en planes que vengan más mejoras en la casa manuda.
Chunche se impactó cuando vio el llenazo
Ese día fue inolvidable para Mauricio Chunche Montero, uno de los íconos manudos.
"Yo no había jugado oficialmente con la Liga, ese día lo hice contra River Plate. Yo no tenía carro, llegué a la esquina y vi a un montón de gente, entré y puse el maletín en el campo mío y cuando salí a la cancha, el estadio estaba a reventar y dije: 'La Santísima Trinidad', porque en San Ramón yo jugaba ante 80 personas y aquí habían como 18.000", recordó el Chunche.
Ahí él marcó el camino de los 12 años que militó con la Liga.
"En ese juego le dije a la gente quién era Mauricio Montero, tengo ese partido como el bautizo mío para ganarme a la afición de la Liga Deportiva Alajuelense".
Mauricio Montero asegura que el Morera Soto es algo más que su casa, porque ahí pasa más tiempo que en su propio hogar.
"Para mí es un orgullo disfrutar mi tiempo aquí. La despedida es una cosa que no se me puede olvidar nunca, ni a los aficionados, tanto fue así que hice una pose en cruz y besé el zacate, esos recuerdos no se le van a la gente".
Y él coincide en que el estadio no podía llamarse de otra forma que no fuese Morera Soto.
"Él es una persona que marcó una institución para ser grande. Por aquí han pasado muchos jugadores buenísimos, pero ninguno como él, que jugó en el exterior, que dio a conocer a Alajuelense en el mundo. Yo me pongo a ver fotos y digo: '¡cómo ha cambiado el estadio!' Antes las graderías eran de madera y con el tiempo se ven que se van puliendo poco a poco", reseñó.
Josef Miso: 'Jugar con la Liga fue un sueño'
Cuando el eslovaco Josef Miso llegó al Morera Soto por primera vez en 1995, el estadio de la Liga le encantó por una razón muy particular.
"Lo vi tan bonito porque soy defensor de que la cancha de fútbol no debería de tener una pista atlética y el Morera es así, la gente está muy cerca y se siente el apoyo y el cariño de la gente".
Él es el único exjugador al que la barra de la Liga le dedica una canción: 'Miso Matador' y eso es algo que él aprecia mucho.
"Para mí jugar con la Liga fue un sueño que se cumplió, porque desde pequeño me gustaban las hinchadas y mi sueño era jugar con un equipo grande, que iba a tener gente atrás, sentir ese apoyo, ese cariño cuando se mete un gol y todo mundo feliz. Se me cumplió eso y estoy eternamente agradecido por haber podido jugar con la Liga porque para mí de verdad fue la mejor época de mi vida", indicó el eslovaco, quien hoy es asistente en la UCR.
No le gusta hablar de él, pero Miso es de esos ídolos que la afición quiere, respeta y admira.
"Yo tuve la dicha de meter varios goles en los clásicos, unos en las finales y tuve mi época de tiros libres, eso se le quedó grabado en la memoria a la afición. Cuando puedo voy al estadio y a mí me dan ganas de llorar cuando siento el cariño de la gente".
Además, confesó que a él le gusta cantar en el estadio.
Final de Concacaf: el inolvidable gol del Pato ante Saprissa
"En la final de Concacaf del 2004 contra Saprissa me tocó anotar el último gol en el Morera Soto, eso no se olvida por todo lo que pasó, lo voy a guardar en la retina por siempre, porque fuimos campeones", dijo Wílmer Pato López.
Según el excreativo, ese día el estadio rojinegro se transformó.
"Estaba de locos, el primer partido lo jugamos en el Rosabal Cordero, quedamos 1-1, me tocó anotar el empate y el aficionado, directivos, jugadores, estábamos muy positivos de que íbamos a ser contundentes y al final así fue. Ganamos 4-0, es algo inolvidable que pasó en La Catedral".
Está convencido de que esa final no solo se ganó en la cancha.
"La afición jugó ese día en las gradas. La afición es el jugador número 12, el empuje, las vibras siempre uno las siente y lo hace dar lo mejor de uno, porque si un estadio lleno no lo motiva a uno y no lo impulsa, no tiene cuándo. En la época en la que yo estuve lo entendimos muy bien y lo supimos aprovechar", aseguró.
La primera vez que el Pato llegó al Morera Soto tenía 8 años y fue a hacer una prueba.
"Esa fue la primera vez que pude estar en la gramilla del Morera Soto, fue una experiencia muy bonita. Luego a nivel profesional con el Carmen, este estadio encierra algo muy lindo, para mí es mi casa, como le digo yo desde los 8 años estoy aquí, he quemado todos los procesos posibles, tengo más de estar dentro del estadio que lo que he vivido en casas personales. Es mi casa".
Recordó que el primer partido que jugó con la Liga no iba de titular, pero por situaciones de fútbol le tocó.
"Óscar Ramírez que se lesionó, siempre se dijo que yo venía como sustituto de Óscar, pero yo no lo vi así. Yo fui compañero de equipo, dentro de la cancha durante todo ese torneo, me tocó debutar en el Morera Soto y si no tengo mala memoria fue en un clásico".
Y con una sonrisa cuenta que le fue muy bien.
"Era contra el archirrival, me tocó debutar con la Liga de titular en ese partido y en ese entonces la prensa nominaba al mejor jugador. Por el lado de Saprissa fue Luis José Herra y por el lado de la Liga me nombraron a mí".
Suspiró profundo y contó que el día de su despedida, fue indescriptible.
"Tenía como dos años de no ser jugador activo de la institución y por eso tenía el temor de venir a organizar el partido de despedida, de si la gente iba a responder o no, pero luego de ver el llenazo y el respaldo y cariño de la gente hacia mí quedé agradecido de por vida".
"Quedo agradecido de por vida. De mi parte a ellos he tenido mucho cariño. Lo que uno siente es algo fuera de lo normal, eso cerró todo. Fue algo recíproco. La de Chunche y la mía han sido de las despedidas más llenas, el aficionado nos ha respaldado, yo creo que eso uno no tiene cómo agradecerlo".
Él sigue ligado a Alajuelense en lo que es la formación de jóvenes valores.
Para convertirse en un ídolo manudo como le tocó a él, López asegura que lo que se necesita es tener credibilidad.
"Yo nunca en mi vida fui fiestero, nunca he tomado ni fumado, he sido muy metido en el deporte desde joven, no fui mejenguero, no fui noviero, más bien me dediqué mucho de lleno al fútbol, lo que uno logró en el fútbol fue gracias a la entrega de uno".
Y añadió: "Yo siempre fui bueno para entrenar, nunca traté de agacharme en ningún trabajo, esos fueron los frutos de mi trabajo. Yo soy el jugador con más partidos en la historia de la Liga y para lograr un récord como ese solo la constancia se la da a uno".
Al consultársele al Pato quién es Alejandro Morera Soto, él respondió: "Es el papá de todos los liguistas, es al que hay que idolatrar, es el Mago del Balón, lamento que nunca pude verlo jugar, yo hubiera deseado verlo jugar, pero todo lo que le cuentan y hay alrededor de él es fabuloso, es el jugador más grande. Algunos por ahí podemos tener ciertas cosas sobresalientes, pero ninguno como él".
Mencionó que Alajuelense ha tenido futbolistas muy valiosos como Alejandro Morera Soto, Errol Daniels, Juan Ulloa, Álvaro Solano, Rodolfo Mills, Juan José Gámez, Javier el Zurdo Jiménez, Óscar Ramírez, Mauricio Montero, Alejandro González...
"Muchos de ellos fueron ídolos, el Zurdo Jiménez era lo máximo, era zurdo como yo. Me llamaba mucho la atención. También fueron muy buenos Luis Marín, Pablo Alejandro Izaguirre, Harold Wallace, tuve la dicha de verlos y jugar con ellos".
"Este estadio me trae recuerdos inolvidables, de chiquillo venía al sector sur, la gradería era de madera, lo único de cemento era la otra parte. Me acuerdo que junto con mi hermano Harold y mi papá entrábamos al estadio, no teníamos plata para entrar, y nos dejaba entrar por medio de la casa y nos metíamos y entrábamos".
Relató que en la gradería de sol estaban las cabinas de transmisión, que eran de madera y donde está la pantalla grande se encontraba el marcador que era de lata.
"Me acuerdo porque entrábamos por donde don Álvaro y nosotros íbamos poniendo el marcador. Me trae recuerdos inolvidables, en los camerinos había un túnel, que salía en la pura esquina del sector sur, ahí salían los equipos. Yo he visto la transformación del estadio de parte interna y externa. He estado dentro de la transformación de esta institución".
Jonathan McDonald: 'Este estadio significa mucho'
Jonathan McDonald llegó por primera vez al Morera Soto cuando era un niño; su papá, don Jasper, siempre lo llevaba y él le decía que ahí jugaría y haría goles.
"Este estadio significa mucho, aquí es donde me hice liguista y jugar aquí es como volver a ese momento. Jugar en un estadio como el Alejandro Morera Soto es otro nivel, el ambiente es algo que siempre quise palpar, lo soñé de niño y gracias a Dios por el regalo que me dio de jugar aquí", relató Jonathan McDonald.
La primera vez que él actuó en el Morera lo hizo con Herediano.
"Heredia estaba cambiando la cancha a sintética y fue local aquí en Alajuela. Recuerdo muy bien la sensación (ríe...), fue extraña, pero diferente, bonita y el primer partido que jugué acá con la Liga fue un clásico, a estadio lleno, ganamos 2-1 y yo metí el segundo gol, el del gane y desde ese momento cada partido es inolvidable para mí, por más de rutina que sea, o por más difícil que sea, es inolvidable para mí", indicó.
Pablo Izaguirre: 'La Liga encierra una magia'
Pablo Izaguirre trabaja actualmente con las ligas menores de Alajuelense, pero con su fútbol y su velocidad se ganó a los rojinegros, a pesar de que lo expulsaron en el debut contra Saprissa.
"Este estadio para mí es mi segunda casa, futbolísticamente estuve en otros países donde me trataron bien, pero aquí en este país tuve éxito deportivo, luego la afición, la gente... La Liga encierra una magia especial para mí", subrayó el argentino.
Contó que para él lo más duro es cuando el equipo pierde.
"Uno aquí se acostumbra a ser ganador. Lo mejor que me pasó fue llegar a Costa Rica y estar en una institución como esta. Los jugadores viven de resultados y a mí me tocó pertenecer a una gran generación de jugadores".
Pablo Gabas se enamoró de Alajuelense
Pablo Gabas juega con la Liga desde 2003 y se enamoró del equipo, al punto de que inició la temporada 2016-2017 usando el 97, en alusión al aniversario del club.
"El Morera Soto está en mi cabeza y mis emociones, está muy clavado en mí porque me movió mucho durante juegos, torneos. Me mueve todavía ver el estadio lleno, con su gente", apuntó.
Y añadió: "Morera Soto significa un montón de cosas, porque muchas de las cosas importantes de mi vida futbolística sucedieron acá, entonces te marca como persona, como jugador de fútbol y te marca dentro de la historia de esta institución, de este estadio, no solo fuiste un jugador que te quedaste".
Cuenta que a él le ha tocado pasar muchas cosas a nivel profesional en algo a lo que le ha dedicado gran parte de su vida, como lo es el fútbol.
Al consultársele a este líder rojinegro sobre partidos en específico, los que más atesora son los clásicos, las finales y los juegos de Concacaf.
"Este estadio desde que venís desde el peaje, ya empezás a ver, no tenés que llegar al estadio para sentir lo que la gente transmite. Cuando venís entrando a Alajuela, depende de por donde entrés, ya empezás a ver gente sobre la tribuna, ya sabés que el estadio está a reventar y te vas dando cuenta que ese día explota el estadio".
"Los partidos que son muy trascendentales son espectaculaes porque además tenés muy cerca a la gente, y eso te motiva o algunos para bien, otros para mal, porque lo que hagás dentro de la cancha te va a potenciar al otro día".
Gabas contó que el crecimiento del estadio ha ido paulatinamente y de una manera muy vertical.
"Camerinos, gimnasios nuevos, oficina, pasillos, las canchas de atrás, antes me acuerdo que era solamente el parqueo, cuando veníamos los jugadores. La iluminación, hay un montón de cosas, butacas, el inmueble ha crecido un montón y le ha dado a la gente y al socio un lugar cómodo donde venir, apreciar y sentirse parte de la institución", describió el volante.
Además, dijo que uno de sus mejores momentos en el Morera Soto fue el campeonato de 2010 contra Heredia, con el gol en el último minuto.
"Hasta el día de hoy la gente me lo sigue recordando, gente que estaba llorando a lo último del partido. Es un momento clave y después otro momento fue el día del Galaxy, ese gol terminó de consolidarme y posicionarme como un jugador importante en la institución".
Aunque ya estaba acostumbrado a ganar, Gabas se nacionalizaba ese día.
"Me acuerdo que Óscar (Ramírez) me dio la oportunidad de recibir los papeles de la nacionalidad costarricense y en la noche tenía un equipo plagado de estrellas como David Beckham y nosotros ganamos con un tiro libre y creo que ese día vuelvo a potenciar mi fútbol, las cualidades y a ubicarme en la memoria del aficionado".