Alajuelense logró salir sin mayores daños del Estadio Ricardo Saprissa. El clásico terminó 0 a 0, y Saprissa no pudo poner en cuidados intensivos a una Liga que presentaba síntomas de crisis, ya que su afición le exigía un cambio de dinámica, a pesar de que los resultados no eran “pésimos” como para tomar medidas drásticas.
El resultado impidió a Saprissa llegar al liderado, mientras Alajuelense defendió su segundo puesto. Los morados quedaron en 14 unidades y los manudos alcanzaron 15; el líder es Herediano con la misma cantidad que los rojinegros, pero con dos juegos menos.
Con inteligencia, Andrés Carevic decidió asegurar primero su cero atrás y luego apostar por lo que le podían dar individualidades como Carlos Mora, Joel Campbell, Fernando Lesme y Diego Campos, entre otros. La única forma de cambiar el planteamiento manudo era un gol rival, pero al no suceder esto, la Liga mostró con su juego que priorizó su defensa sobre su ataque.
La llegada del canadiense Manjrekar James a la zaga manuda le ha dado al equipo rojinegro una solidez importante, además de una agresividad honesta en la marca, la cual siempre es diferencial en partidos de alto voltaje como el clásico nacional.
James ganó balones limpios, pero con entradas físicas a Mariano Torres, Javon East, Luis Javier Paradela y Warren Madrigal; ante esto, los ofensivos morados pensaron dos veces antes de buscar el uno contra uno ante el norteamericano.
El orden defensivo de la Liga fue clave para evitar la principal fortaleza del Saprissa de Vladimir Quesada: su ataque por las bandas. Los manudos doblegaron a Javon East y Paradela, lo que obligó a Yoserth Hernández y Mariano Torres, creadores de juego, a centralizar el balón.
El pecado de Alajuelense fue su escasa producción en ataque. Fernando Lesme fue sacrificado una y otra vez con el juego directo que planteó el equipo. El paraguayo fue presa fácil de Pablo Arboine; también Douglas Sequeira supo dominarlo, y Fidel Escobar, cuando pasó a ser central, no tuvo inconvenientes para ganarle el esférico.
Carlos Mora y Joel Campbell tuvieron un juego muy discreto, sobre todo Campbell, quien no sacó provecho de su mano a mano y, más bien, al final de la primera parte cometió una falta que bien pudo expulsarlo del duelo, pero el árbitro optó por sacarle tarjeta amarilla.
Del lado del tricampeón nacional, Vladimir intentó sorprender de entrada con Yoserth Hernández como titular. El volante tuvo un juego participativo, pero no logró la profundidad en su pase que necesita el jugador que actúa como generador de fútbol de la “S”.
La jugada más clara para anotar en Saprissa la tuvo Javon, cuando le ganó una pelota aérea a Leonel Moreira e ingresando al área buscó rematar; no obstante, su tiro fue bloqueado de manera salvadora por Ian Lawrence.
El delantero jamaiquino fue el que intentó desequilibrar, pero no encontró los socios adecuados para hacer temblar las redes erizas.
Para la segunda parte, Quesada buscó dominar el partido desde el medio campo e incluyó a David Guzmán como su primer cambio; sin embargo, el ‘8′ saprissista todavía está lejos de la versión que hizo cuestionar por qué era considerado el mejor jugador del campeonato y por qué el extécnico de la Selección Nacional, Luis Fernando Suárez, no lo convocaba.
Guzmán viene saliendo de una larga recuperación que lo tuvo de baja desde setiembre anterior.
El Monstruo no logró encontrar la llave al candado que puso el León en su marco, por más que lo intentó. El orden defensivo del equipo de Carevic se impuso en un clásico que tuvo pocas ocasiones en los marcos y terminó como un partido con emociones contadas.
En tiempo de reposición, Anthony Hernández falló frente al marco morado y Ariel Rodríguez hizo lo mismo en el área rojinegra.