Alajuela. Un solo tiempo le bastó a la Liga para sellar su pase a la semifinal del Invierno, solo 45 minutos ante un temeroso Carmelita que anoche le abrió las puertas de la siguiente ronda a costa de su propia eliminación.
No hizo falta una masacre, el 0-2 le alcanzó de sobra a un equipo rojinegro que ayer estuvo plagado de cambios.
La alineación manuda fue un cúmulo de caras poco habituales. Con Alfonso Quesada, Steve Garita, Porfirio López, Luis Miguel Valle, Osvaldo Rodríguez y Rónald Matarrita en la cancha, la Liga dejó más que claro ese discurso de que en su planilla no tiene titulares ni suplentes.
El equipo del Óscar Ramírez no perdió su esencia. Plantó su acostumbrada línea de cuatro –con Garita por la derecha, en lugar del expulsado Kevin Sancho–, sus dos contenciones y sus hombres veloces en punta.
Así dominó a placer toda la primera mitad, aunque por lo que se observaba dentro de la cancha lo lógico era dudar si no fue, más bien, que Carmelita se dejaba dominar desde el pitazo inicial.
Porque los locales de anoche saltaron al campo totalmente echados atrás. Fijaron dos líneas de cuatro hombres para repeler cualquier amenaza rojinegra y, una vez recuperado el balón, buscaban el pase largo a la carrera de sus dos punteros.
Era la apuesta clara del equipo más urgido de ganar, pero que también tenía prohibido perder y el pavor a esa derrota que los dejara sin opciones de clasificar, acabó costándole caro.
Al 26’, en una seguidilla de saques de esquina, Johnny Acosta saltó sin marca para cabecear el servicio de Álvaro Sánchez y ponerle números al marcador.
Aunque Guilherme Farinha entendió la indirecta y mandó de una vez a Keishmer Powell en lugar del juvenil Byron Jiménez, nada cambió sobre el campo.
La Liga dominó y dominó, tuvo chance de aumentar la cuenta en piernas de Matarrita (38’), pero Ólger Ruiz rechazó in extremis con una pierna.
Cinco minutos después, los reflejos le fallaron al guardameta carmelo, en un remate de Armando Alonso que se le escapó de las manos para convertirse en el 0-2.
Puede sonar exagerado, pero ahí se acabó el juego. Ni los cambios claramente ofensivos de Farinha –Rooney Mora y Marlon Barquero–, ni la ligera pasividad de los manudos en la etapa complementaria cambiaron los números del marcador.
El segundo tiempo sobró por completo. Conforme pasaron los minutos, la Liga se sabía en semifinales y Carmelita fuera del baile. No había fuerzas ni ánimos para que fuera de otra forma.