Alejandra Ordóñez llegó al fútbol en el 2009, cuando asumió las riendas del Puntarenas FC como presidenta. Desde ese momento se convirtió en la única mujer en ejercer como jerarca de un club y afirma que le tocó abrirse camino en un deporte dominado por hombres en lo dirigencial.
Ordóñez, quien tomó el control del PFC ante el asesinato de su esposo Adrián Castro Velásquez, recalcó que el camino fue duro, se vio forzada a romper paradigmas e imponerse con su carácter. Eso sí, nunca vivió un problema de machismo y considera que la mujeres tienen las mismas o hasta más capacidades que los varones.
La dirigente porteña afirmó que más mujeres deberían animarse y que es hora de verlas con más protagonismo. Sin embargo, en su experiencia hacerlo solas no es lo mejor, se requiere un equipo de trabajo. La falta de respaldo le hacen pensar que si pudiera devolver el tiempo no asumiría.
¿Cuánto le ha costado romper paradigmas como presidenta de un club de fútbol?
Tengo alrededor de 10 años de ser presidenta del equipo de Puntarenas, es un poco difícil porque a través del tiempo los clubes de fútbol han sido manejados por hombres, pero aquí hemos estado y hemos tratado de hacer las cosas lo mejor que se pueda.
En su experiencia, ¿qué es lo más difícil de llevar a cabo en este puesto?
Algunas veces uno como mujer se toma las cosas como más maternalista y con aquella óptica completamente diferente a la de los hombres. Uno ve una empresa como si fuera un hijo, muchas veces los hombres lo ven desde otro punto de vista. Uno lo siente más y lo vive más. No se pueden descuidar los detalles y hay que hacer las cosas bien para competir de la mejor manera. Lo más complejo es que me ha tocado sola en muchas cosas.
Solamente hay seis mujeres dirigentes en la Primera División y 70 hombres, ¿por qué siente que se da esto?
En la Segunda División solo estoy yo y no sé por qué ha sido. Es un negocio que a través del tiempo ha sido dominado por hombres, pero la mujer tiene igual o tal vez más capacidad que el hombre. Estuve cinco años en Primera y ahora en Segunda he tenido otra experiencia. Es difícil, pero no imposible.
¿Le tocó luchar contra el machismo a lo largo de estos 10 años como presidenta de un club?
Nunca he tenido algún tipo de situación de estas. Tal vez uno se toma las cosas muy a pecho, por el maternalismo que uno tiene, pero uno ve las cosas desde otro punto de vista. No he sido objeto de maltrato ni en Primera ni en Segunda.
“Por ejemplo, si yo contrato jugadores, yo espero que lo que estoy contratando sea lo mejor, pero muchas veces los jugadores no le toman a uno la seriedad del caso, a veces he sentido esa parte. No necesariamente es con todos los jugadores. Uno piensa que por el hecho de ser mujer no la toman con la seriedad del caso, pero en todo el tiempo que he estado al frente nunca he tenido diferencias”.
¿Le costó ganarse el respeto?
Por el carácter mío no, aunque conforme pasan los años uno se va volviendo más vulnerable. Sí me tocó ponerme dura, porque en ocasiones las situaciones se presentan. No podés ser muy débil ante algunas situaciones. El carácter se va formando.
¿Cómo fue al inicio la experiencia de incursionar en un deporte dominado por hombres?
Cuando muere mi esposo había que tomar las riendas del club. Al inicio no fue fácil, pero fui aprendiendo y todavía sigo aprendiendo con el pasar de los años.
¿Motiva a otras mujeres a que se conviertas en dirigentes?
Sí claro, pero siempre y cuando haya un grupo que quiera apoyarla y no la dejen sola. Durante estos casi 11 años yo he estado prácticamente sola, entonces ha sido mucho más duro. Cuando uno está con una junta directiva que lo apoya y gente que piensa y busca recursos, todo se vuelve un poco más fácil. A mí me ha tocado patear la bola, lanzar el penal, hacer el tiro de esquina y ser el portero. A veces es un tema complicado.
¿Le parece necesario que la mujer tome un rol más protagónico en el fútbol tico?
Sí, claro, me gustaría que más mujeres participaran en directivas de los distintos equipos que tienen asociaciones o sociedades anónimas. El fútbol es bonito para todos y todas.
No hay mujeres en presidencia o vicepresidencia en Primera, ¿por qué cuesta ver mujeres en cargos más mediáticos?
Pienso que ya tuvimos en este país a una mujer presidenta y las mujeres somos muy capaces de estar en esas posiciones. No creo que la mujer no tenga capacidad para ocupar estos puestos. La tiene y de sobra.
¿Le gusta esta experiencia de lo vivido en estos 10 años?
Si hubiera sido por decisión propia tal vez nunca lo hubiera tomado. No ha sido fácil en el aspecto económico. Siempre hay ese tipo de situaciones que se complican un poco más. Todo ha hecho que las cosas se pongan más difíciles, pero es una experiencia de vida para todo. Si pudiera retroceder el tiempo hubiese preferido hacerme a un lado.