El Puntarenas de Douglas Sequeira propone, toma la iniciativa, busca por todo lado, como suelen hacerlo los equipos del exfutbolista, pero no termina de conseguir los resultados acordes a su intento de ofrecer buen juego.
Arma desde la defensa, llega al área, amenaza, pero sigue como uno de los cuadros que aún no festejan un triunfo luego de cuatro fechas. Incluso se ganó el elogio de su rival, el técnico Minor Díaz: sin mezquindad, el liberiano aseguró que muy pocos equipos lo someten en el Edgardo Baltodano como lo hizo Puntarenas.
El marcador no lo refleja, con ese 2 a 1 en favor de los liberianos, gracias a un golazo de Cristian Reyes (9′) y un tanto de cabeza de Raúl Vidal, en un tiro de esquina (76′). El empate que había logrado Ansony Frías (70′) parecía un justo premio de consolación para Puntarenas.
Con solo un empate y tres derrotas, Sequeira y los suyos se ven en el fondo de la tabla en el Clausura y con la amenaza constante del sótano en la acumulada, tan solo dos puntos arriba del colero Grecia.
Esta vez, quizás, hay que culpar al arquero rival, a la suerte, a la falta de definición o a que Liberia tiene en sus filas a jugadores como Christian Reyes.
El defensor de las barridas salvadoras, la marca corajuda, la entrega total, el que pelea una bola aquí y otra allá, se lució en los dos marcos. Reyes marcó un golazo desde fuera del área, con remate potente, cruzado hacia al ángulo, que muy temprano puso cifras al marcador (9′). Justo para quien suele “chollarse las nalgas”, como diría el Chunche Montero, por salvar su portería, como lo haría minutos después en el despeje de una pelota casi en la línea de gol.
El fútbol lo premió. Tal vez, y solo tal vez, el fútbol también premie un día a Douglas Sequeira.