Incluso hoy, cuando Allan Cruz explica el motivo por el cual regresó a Costa Rica, su voz se entrecorta y se le hace un nudo en la garganta.
Dejar atrás al F.C. Cincinnati de la MLS, donde era uno de los jugadores franquicia, y tomar la decisión de retornar al país no fue fácil, pero su familia fue lo primero y deseaba estar con los suyos, especialmente con su hermana mayor, quien lo necesitaba.
Al enterarse de que su hermana Katherine Leal Guadamuz padecía cáncer, Allan no dudó en volver, pues sabía que debía estar con ellos en un duro momento para todos.
Pasó más de ocho meses sin jugar, en su natal Villarreal de Santa Cruz, Guanacaste, de donde había partido a los 17 años para forjarse una carrera como futbolista en el Valle Central.
De vuelta en el país y tras el doloroso momento, el volante de 27 años fichó para el Herediano, club que le abrió las puertas en la máxima categoría y donde poco a poco ha recuperado su nivel hasta ser titular en la escuadra que dirige el técnico Jeaustin Campos, que lucha por clasificar a las semifinales en un Torneo de Apertura, donde la competencia ha sido muy fuerte.
Allan poco a poco ha recuperado la forma física y los deseos de jugar. Más tranquilo y cerca de su hogar, va retomando el nivel futbolístico que lo caracteriza y su deseo es seguir creciendo para darle alegrías al club y, en especial, a su familia.
“En la MLS me fue bien el primer año. El segundo, más o menos, y el tercero y el cuarto me costó un poco más. El último año perdí protagonismo y me costó mucho. Lo que pasó es que tomé la decisión de venirme a Costa Rica por la enfermedad de mi hermana, me quedé mucho tiempo, perdí como 10 partidos y al final no logramos la renovación como se pretendía”, comentó Cruz.
Allan Cruz no pudo ocultar su dolor
El santacruceño dejó el Team en el 2019, con la ilusión de convertirse en legionario. Luego de ganar el título con el cuadro rojiamarillo, tenía muchos sueños por delante, pero la enfermedad de su hermana lo devastó y prefirió estar con los suyos para apoyarlos y velar por su bienestar.
“Mi hermana fue diagnosticada con cáncer y falleció a los seis meses; todo fue muy rápido. En lo personal, su muerte me afectó mucho porque yo soy el menor de la familia. Siempre me crié con ella; yo la veía como más que una hermana porque siempre estuvo pendiente de mí. Antes de iniciar un torneo, me enviaba un montón de mensajes y hablábamos todos los días”, explicó Cruz.
Allan no puede ocultar su pesar. En su voz se nota el dolor que siente tras la partida de su hermana. De pronto hace una pausa y parece no querer hablar del tema. Admite que su muerte golpeó a su familia y, en lo personal, fue duro para él, pues fue muy especial.
El joven mediocampista manifestó que actualmente se enfoca en su esposa, su hijo y en su madre para darse fuerzas. Ellos son el motor que lo impulsa a salir adelante, a buscar ser una mejor persona y futbolista, porque sabe que así lo desearía su hermana.
Allan admitió que para él fue muy difícil pasar esa página. Siempre recuerda a su hermana Katherine como una persona sentimental y expresiva que lo apoyó en todo momento.
No obstante, el fútbol le ha devuelto la tranquilidad y aunque no fue sencillo recuperar el ritmo y su forma física, está cobrando protagonismo en el Team donde ya suma 16 partidos entre el Torneo de Apertura y Copa Centroamericana, sumando en total de 640 minutos y hasta anotó un gol en las semifinales del certamen de clubes regional ante Alajuelense.
“El profe me ha dado la oportunidad. Vengo jugando más minutos. Poco a poco me voy sintiendo mejor y el grupo me ha respaldado. Estoy buscando mi mejor versión. Fue difícil empezar después de ocho meses sin jugar. Bajé de peso para poder moverme de área a área y sé que poco a poco, esforzándome, volveré a ser el Allan Cruz que todos conocieron antes de marcharme a la MLS”, agregó Cruz.