Álvaro Saborío vivió una experiencia inolvidable en Liga Deportiva Alajuelense y él no olvida que eso fue gracias a que San Carlos se lo permitió. Para él significó la posibilidad de disfrutar una etapa que tenía pendiente en su carrera. Ahora, desde su terruño, el atacante de 38 años se propone más metas.
Él es uno de esos futbolistas con estrella, un romperredes nato que es capaz de anotar recién ingresado, con pocos segundos en cancha y en la primera ocasión que toca la pelota, como le ocurrió en el único clásico que se jugó en el Apertura 2020.
Quedarse en la Liga era una opción y en determinado momento la balanza se inclinaba hacia eso, pero también comprendió que necesitaba estar al lado de su esposa, Carolina Quesada, y sus hijos, Isaac y Josué, en Ciudad Quesada. Así es como toma la decisión de volver a su hogar.
Su misión estaba cumplida, porque desde que llegó a la Liga dijo que quería ser campeón y quedar en la historia como un integrante de ese grupo que acabaría con los fantasmas al conseguir la estrella 30 de los manudos.
De vuelta en su tierra, la ambición se mantiene intacta en ‘Sabo’, porque es parte de su ADN.
“La verdad, muy contento de regresar a la institución, a este equipo, a mi tierra y esperando que las cosas sigan saliendo desde lo positivo y esperando que los resultados vengan y hacer crecer más a esta institución”, comentó el atacante.
Regresar a San Carlos también es para él como un gesto de gratitud para ese equipo que lo hizo retornar al fútbol, luego de que había tomado la decisión de retirarse.
En aquel momento, Saborío reaccionó así luego de que un grupo de aficionados del Saprissa la agarraron en su contra con abucheos, estando su familia en el estadio.
Poco tiempo después, los norteños le permitieron volver a jugar, en la Segunda División. El equipo ascendió y hasta se coronó campeón nacional con los Toros del Norte.
“Me siento muy motivado la verdad, de que sigan confiando en mí, que me abran las puertas de nuevo y deseoso de que empiece el campeonato, conocer a los nuevos jugadores que se incorporaron últimamente y con el deseo de que llevemos a San Carlos a los primeros lugares y quedar campeón otra vez”, afirmó Saborío.
En su regreso se encuentra muchas caras nuevas y él confía en serle tan útil en el camerino a Jeaustin Campos como lo fue con Andrés Carevic en la Liga. Al final, es una de esas figuras que proyectan su espíritu ganador donde quiera que estén.
“Creo que esa mezcla de juventud y experiencia siempre es importante en los equipos, es importante tener esa sangre joven y también gente que pueda calmar el entusiasmo de ellos y creo que hay que aprovechar la juventud, los buenos deseos que ellos tienen de progresar en esta carrera y estamos anuentes a ayudarles en lo que ocupen y ojalá que aprovechen esta carrera y este equipo que está creciendo cada día”.
Saborío se ganó el respeto y la admiración del liguismo. Y él lo sabe, porque las muestras de cariño de los manudos son de la misma magnitud que las que encuentra en su tierra natal.
“Muy contento y agradecido con la gente de mi pueblo, por el recibimiento, de los mensajes de apoyo, la verdad muy contento de recibir ese cariño todos los días en la calle y más ahora en el equipo y que sepan que voy a dar lo mejor de mí, voy a tratar de triunfar otra vez en el equipo y ojalá que lleguemos a instancias finales y ganar el objetivo”.
Aparte de Saborío, San Carlos terminó de reforzar su zona de ataque con Aldo Magaña.