
Anair Lomba es una futbolista española que tiene 30 años y es ficha del Espanyol. Ella participó este sábado en la tercera Feria de la Gastronomía Española de San José, pues La Liga la trajo para ayudar en el crecimiento del desarrollo del fútbol femenino.
En la actividad también participaron las futbolistas de Liga Deportiva Alajuelense María Paula Salas y Stephannie Blanco; así como Carol Sánchez y Gloriana Villalobos, de Herediano.
Lomba dio una charla muy emotiva e inspiradora a más de 30 niñas ticas que sueñan con ser futbolistas.
La española conversó con La Nación y contó que ella comenzó a jugar desde los seis años, en Galicia. Luego se fue al Barcelona con 13 años. Ahí estuvo hasta los 18 y se devolvió a Galicia para actuar con el equipo El Olivo. A los 23 la fichó el Espanyol, después el Valencia y ahora de nuevo milita en La Liga con el Espanyol.
— ¿Qué tan complicado es para una mujer ser futbolista en España?
Ahora es mucho más fácil. Cuando yo empecé a los 13 años me tuve que ir de Galicia a Barcelona, porque había una norma que impedía a las chicas jugar con los chicos y no dejaban a las chicas jugar con las chicas, hasta los 16 años. Me quedaban dos años vacíos, así que a los 13 me tuve que ir yo sola de mi casa, a un internado, para poder seguir jugando al fútbol.
Luego está el tema de los insultos, de las desigualdades lógicamente, pero desde unos cinco años para acá, cuando las asociaciones empezaron a apostar por el fútbol femenino, la verdad es que hemos crecido muchísimo. Este mismo año hemos conseguido firmar un convenio colectivo que era fundamental para nuestro desarrollo y creo que ahora que se ha formado por fin un gobierno en nuestro país con el anteproyecto de Ley de deporte nuevo, creo que todavía podemos crecer mucho más, porque se acabarán muchas barreras y muchas limitaciones que tenemos ahora.
— Falta mucho, pero Costa Rica ha dado algunos pasos hacia la profesionalización del fútbol femenino y en algunos equipos ya no solo les dan los viáticos, sino que las futbolistas empiezan a recibir salario, ¿cómo es allá?
A partir de este año que se ha firmado el convenio hay un sueldo mínimo de 16.000 euros al año, no es mucho, pero ya es algo más de lo que teníamos y hay clubes como el Barcelona que están pagando unas barbaridades y hay clubes que se limitan a pagar lo mínimo que se exige, pero ahora mismo sí que podemos vivir del fútbol y dedicarnos única y exclusivamente a la práctica deportiva.
— ¿Tiene alguna noción de cómo se está trabajando el fútbol femenino en Costa Rica?
Me he informado un poquito antes de venir, sé que hay dos clubes que son un poquito más grandes que los demás y que están ofreciéndole a las jugadoras lo que una futbolista realmente necesita para sentirse futbolista y que también son los que tienen más facilidades para ganar. Y nada, sé que con La Liga y las grandes asociaciones que empiezan a apostar un poquito más por el desarrollo y el crecimiento. Al final, eso es algo que también pasó en España, cuando alguien empezó a apostar empezamos a crecer todos y creo que es lo mismo que pasará aquí en unos años.
— Pasa en Costa Rica, pasa en España y en todo lado, ¿es una lucha de todas las mujeres?
Todas las luchas que tienen igualdad y mujeres de por medio es lo mismo. Da igual el escudo que lleves tú y el escudo que lleve yo, creo que al final el objetivo es común y es algo que tenemos que hacer todas las mujeres, es una lucha juntas.

— Algunas personas aún dicen que qué pereza un partido de fútbol femenino porque ni siquiera saben jugar, pero donde las ven, cambia la percepción radicalmente y el discurso cambia a que sí juegan bien, que no fingen faltas, que los partidos no son tan cortados y que son muy agradables y competitivos, ¿pasa lo mismo en España?
En España se decía mucho esta frase: ‘Ni es fútbol, ni es femenino’ y era una frase que a las jugadoras nos hacía mucho daño, pero yo creo que hemos conseguido que cada vez que se vea un partido por la televisión, o que cada vez que alguien viene a un campo de fútbol se enganche, es un deporte que engancha y eso es algo bueno que tenemos, que no deberíamos perder y que a veces da cierto miedo, que cuando más va llegando la profesionalización, más nos alejamos de eso y creo que es algo que el fútbol femenino debería mantener siempre.
— Ante obstáculos, barreras, comentarios inoportunos o desafortunados, ¿esa es la principal prueba del espíritu de lucha de una futbolista?
Yo nunca he visto rendirse a una mujer con un objetivo claro, creo que cuando eres deportista y desarrollas ese sentido de competitividad un poquito más, todavía te rindes menos. Una mujer que tiene un objetivo claro es una mujer que tarde o temprano lo va a conseguir y nosotras lo estamos haciendo.
— Cuando ve que en la actualidad es normal que las niñas jueguen fútbol, ¿qué piensa?
A mí me recuerda cuando era pequeña, que me regalaban muñecas y no es que no las quisiera, pero prefería balones y creo que es algo que tenía que llegar, igual que si un chico pide una muñeca, es a lo que hay que darle normalidad. Cuando voy por la calle y veo a una niña con un balón, es algo que me hace sonreír.
