Alajuelense derrotó el jueves anterior al Motagua de Honduras y no fue un triunfo cualquiera. Los liguistas y su afición se divirtieron con el equipo hondureño de principio a fin al propinarle un 5-1, con una hinchada que cantó el ¡ooole!
El partido fue redondo. El equipo rojinegro expuso su poderío en la plantilla: jugadores jóvenes que montaron su espectáculo, como Carlos Mora y Joshua Navarro, y variantes de lujo que remataron el partido, al estilo de Michael Barrantes y Johan Venegas, sin olvidar la complicidad con Joel Campbell.
Tras el juego, el técnico Andrés Carevic expuso ante los medios de comunicación que no tiene una nómina profunda, aunque sí equilibrada. Esto lo subrayo y, con todo respeto, debo contradecirlo. Al final, los datos lo demuestran y lo explico.
El actual técnico fue el que logró el último título nacional del equipo manudo en el Apertura 2019. Para el juego final ante Herediano, Carevic tuvo en el banquillo al arquero Mauricio Vargas, al atacante Álvaro Saborío, al defensor Júnior Díaz y a los volantes Carlos Mora, Dylan Flores y José Miguel Cubero.
Un equipo que tuvo una columna vertebral de hombres veteranos como Adolfo Machado, Bryan Ruiz, José Andrés Salvatierra, el mexicano Daniel Arreola y Jonathan Moya –no tan entrado en edad, pero sí con experiencia–.
Incluso esa conformación de la plantilla se queda corta a la actual.
La dirigencia manuda escuchó las peticiones del mismo Carevic para este segundo semestre del 2023 tras no ganar nada en la primera parte del año.
Alajuelense se equivocó en contrataciones como la de Dardo Miloc, Ángel Tejeda, Érick Cabalceta y, un poco más atrás, con Rolando Blackburn. Mal tino a la hora de fichar.
Incluso, hubo firmas que se colocaron antes de las pruebas físicas y médicas, y al encontrar sobrepeso, intentaron echar marcha atrás.
Además, los liguistas se apartaron de la filosofía de las plantillas cortas, distribuir el grueso del presupuesto en pocos pilares y “rellenar” la plantilla con jóvenes con talento y en planes de proyección.
Joseph Joseph y sus compañeros de junta directiva quieren ponerle la estrella a un trabajo extraordinario que han hecho a nivel de liga menor, femenino, administrativo y en las finanzas del club. Quieren resultados en el equipo mayor masculino, esos que tanto se han negado en los últimos años.
También quieren la continuidad de Carevic, pero todos saben que la única manera para que eso suceda es logrando el título nacional en diciembre.
Alajuelense hoy tiene un cuadro profundo, de mucha calidad. Veteranos polifuncionales que le dan mucho más margen al técnico y jóvenes que tienen mucho talento que los alejan de llamarlos de relleno.
Joel Campbell puede jugar en diferentes puestos en el frente de ataque, al igual que Johan Venegas y Joshua Navarro. Celso Borges, Michael Barrantes y Alex López son piezas que se pueden colocar en diferentes modalidades en el centro del campo.
Alajuelense quiere títulos al finalizar el año 2023. Le atendieron los pedidos a Carevic de mejorar la plantilla para evitar que se quede corta en los momentos de vida o muerte.
Y, por si faltaba algo, se dio la reciente incorporación del salvadoreño Leonardo Menjívar.
Parece que atrás quedaron los desaciertos con los fichajes. Hoy, de manera respetuosa, debo contradecir al técnico manudo. Alajuelense y Herediano tienen las mejores nóminas del campeonato por donde quiera que se miren.
Hoy, los erizos cuentan con la mejor plantilla que ha tenido en muchos años. En noviembre y diciembre no deberían existir excusas.