
Andrés Carevic tenía que llegar a Costa Rica para comprender que el fútbol no es de merecimientos, sino de hechos; pero él vino a demostrar que el trabajo tarde o temprano da resultados.
Es un técnico joven, su carrera en el banquillo recién empieza, tiene la gran virtud de que se deja ayudar por su equipo de trabajo y se mantiene en actualización constante.
Durante los últimos días manifestó que no le gusta estancarse y que Alajuelense lo ha hecho evolucionar. Se apoya en Geiner Segura, en Mario Acosta, en Juan Carlos Herrera y en Wardy Alfaro.
Hoy su nombre se une a la lista de los entrenadores que han llevado a la Liga a alcanzar el éxito y aunque repitió en varias ocasiones que quería el título más por el liguismo y por la institución que por un logro personal, también es una recompensa para él.
Ahora entra en la historia como el hombre que logró que la Navidad de nuevo sea rojinegra.
Desde que llegó, Carevic logró que el equipo recuperara el protagonismo, que volviera a dar la pelea, que recobrara la esencia de lo que siempre había sido.
Aunque hubo dos intentos fallidos por el título, provocó que el club regresara a la competencia internacional después de varios años de ausencia y hoy tiene a Alajuelense clasificado a la Liga de Campeones de Concacaf.
La tercera fue la vencida y lo consiguió sin necesidad de gran final; pero las cosas tampoco han sido fáciles.
Carevic fue el encargado de tomar una brasa. Ni siquiera había llegado al país y las críticas por ese nombramiento se dispararon, fundamentadas en que era un desconocido.
La dirigencia acababa de destituir a Javier Delgado para nombrar a Agustín Lleida como el nuevo gerente deportivo y Hernán Torres tenía pocas horas de haber comunicado su decisión de no volver.
El argentino nacionalizado mexicano había integrado el cuerpo de entrenadores del Grupo Pachuca y desde 2014 trabajó con las ligas menores de los tuzos.
Fue asistente del Puebla en la primera división y luego dirigió a Mineros de Zacatecas.
Llegar al fútbol tico sin ser conocido no es ningún pecado. Que lo diga el brasileño Valdeir Badú Vieira cuando asumió a Alajuelense, o Carlos Linaris en Saprissa.
O Marcelo Hugo Herrera cuando llegó por primera vez al país y le tocó formar un proceso en Alajuelense.
Inclusive, aunque tenían un buen currículo, cuando aparecieron en el país el portugués Guilherme Farinha y el uruguayo Manuel Keosseian, prácticamente nadie sabía nada de ellos.
Juan Luis Hernández es un ejemplo más, porque cuando llegó a San Ramón no había dirigido mucho y es un personaje que dio de qué hablar en varios clubes.
A esa lista de “extraños” se unen Iván Mraz, Millan Kollar y Joseph Bouska. Otros desconocidos aparecen y se van sin trascender.
Carevic terminó dando resultados, llevando a la Liga a su ansiada copa 30 y su mérito es que soportó una época convulsa, en la que el margen de tolerancia había llegado al límite por la misma frustración de tanto tiempo sin títulos.
Lo sucedido el año pasado le restó un poco de credibilidad ante la afición y a pesar de que hubo fallos muy puntuales en la portería, al técnico se le tildaba de predecible y que no sabía jugar finales.
En junio, la Liga llegó a la fase final, pero en esa serie nunca se encontró y otra vez hubo cuestionamientos hacia el técnico, que había sido renovado un mes antes.
Como consecuencia de la misma presión, cuando Alajuelense perdió en la segunda fecha de este Apertura 2020 se desató toda una ‘revolución’. Fue en ese partido cuando Bryan Ruiz volvió a jugar con la Liga, un duelo en el que iba a tener un regreso perfecto, pero le invalidaron una acción en la que anotaba y no estaba en fuera de juego.
Esa derrota alborotó el panal. Estaba en duda la continuidad del argentino y él mismo salió a hacer una aclaración pública, porque sentía que le estaban faltando el respeto en algunos medios de comunicación que hablaban de su salida y él seguía trabajando.
Lo que pasara a partir de ahí iba a ser en función de resultados, porque así es como se mueve el fútbol en cualquier lugar y fueron los propios jugadores quienes salieron a acuerpar a su entrenador, no solo con palabras, sino con hechos.
En el camerino querían la continuidad de Carevic; los jugadores pusieron de su parte y la tensión se esfumó con una seguidilla de triunfos. Hoy, es el técnico que lleva a Liga de vuelta al trono
Andrés Carevic ha dirigido a la Liga en 74 partidos del campeonato nacional, con 45 triunfos, 16 empates y 13 derrotas; con 140 goles a favor y 75 goles en contra.
Además, en tres partidos de la Liga Concacaf cosechó tres victorias.
Técnicos campeones con Alajuelense
Óscar Ramírez (costarricense): 5 títulos
Salvador Soto (costarricense): 4 títulos *
Alejandro Morera (costarricense): 3 títulos
Hugo Tassara (chileno): 2 títulos
Iván Mraz (checoslovaco): 2 títulos
Guilherme Farinha (portugués): 2 títulos
Jorge Luis Pinto (colombiano): 2 títulos
Javier Delgado (costarricense): 1 título
José Luis ‘Chime’ Rojas (costarricense): 1 título *
Manuel Keosseián (uruguayo): 1 título
Valdeir ‘Badú’ Vieira (brasileño): 1 título
Álvaro Grant McDonald (costarricense): 1 título
Juan Colecchio (argentino): 1 título
Jorge Luis Solera (costarricense): 1 título
Eduardo Viso (español): 1 título
Jan Postulka (checoslovaco): 1 título
Odir Jacques (brasileño nacionalizado costarricense): 1 título
Andrés Carevic (argentino): 1 título
* Conformaron una dupla en el banquillo.
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA. || FANNY TAYVER Y JUAN CARLOS ALPÍZAR, INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.