Los problemas deportivos de Liberia van de la mano con los económicos y la derrota en casa contra Saprissa por 1-5 no fue el único dolor de cabeza para los integrantes de este club.
Los pamperos están en el sótano, con 14 puntos en 21 fechas y a los integrantes del equipo les tienen un atraso salarial de mes y medio.
Eso provoca que cada integrante de la nómina tenga múltiples problemas, como el caso de Jossimar Pemberton, a quien la Policía lo llegó a buscar al Estadio Edgardo Baltodano para detenerlo, por estar atrasado con la pensión alimentaria.
Con dos policías en la puerta del camerino local, los futbolistas liberianos comenzaron a correr, al igual que los dirigentes.
Después de varios minutos de tensión, llegaron a un acuerdo: Pemberton se marchó acompañado por Félix Montoya para ver cómo el presidente del club, Julio Salas, cancelaba ese monto de la pensión mediante una transferencia electrónica, escoltados por la Policía.
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“A uno esas cosas le tocan, le duelen, porque es un compañero que está luchando contra muchas adversidades y también tiene el problema de la pensión y cuando sucede duele, porque sabemos del esfuerzo y el sacrificio que estamos haciendo para llegar un día al entrenamiento y aparte estar pensando en que tenemos otras obligaciones y es complicado, es duro”, mencionó el técnico de Liberia, Víctor Abelenda.
Dijo que cuando vio a los policías ahí, se percató de la dura realidad que viven los futbolistas ahí, como el caso de Pemberton, quien ingresó en el 45′ en lugar de Carlos Miranda.
“A mí me duele y me toca, porque cuando un compañero pasa eso, al final te das cuenta que no estaba apto para jugar, que no estaba en las condiciones necesarias para jugar, que de repente pasó toda la noche pensando en esa problemática que tiene, pero no somos adivinos. A veces los muchachos no buscan un apoyo extra y no conversamos esas cosas”, citó.
Según Abelenda, no se trata de buscar excusas, pero todos estos temas extradeportivos repercuten.
“En esta conferencia a uno le encantaría venir a hablar de táctica, pero esas cosas trastocan, imagínese la semana de trabajo de ese jugador. Hay que afrontar situaciones a las que no estamos preparados, hay que llegar todos los días al entrenamiento a hacerlo planificado y no se puede”.
Recordó que él intentó establecer jornadas dobles de entrenamiento, pero no se logró porque muchos de los jugadores no se podían quedar por el tema del almuerzo.
“A veces la gente no se entera, pero hay momentos en los que tenemos que ver cómo solucionamos los viáticos de estos jugadores jóvenes para poder venir a entrenar y es duro”, insistió.
También mencionó el caso del defensor Alonso Arias, quien estaba dentro de la convocatoria para este juego contra Saprissa, pero el futbolista prefirió no ir a jugar “para ganarse un dinerito extra trabajando con el papá”.
Inclusive, el propio Abelenda admite que sus ahorros ya no están.
“A veces abrimos un hueco para tapar otro y tengo una familia que es bendecida y me apoya en muchas cosas, porque si no, no se podría, pero el que vive del fútbol tiene que apretarse la faja”.
La dirigencia de los liberianos estaba esperando este partido contra Saprissa para hacer una buena taquilla y poder pagarle a los futbolistas.