Bryan Rodríguez, a mediados de la segunda década de los 2000, emergió como un arquero de proyección. El jugador formado en Carmelita consiguió demostrar sus condiciones y fue el arquero en las últimas temporadas del plantel verdolaga en la Primera División; sin embargo, luego de esta etapa pasó un bache que le costó ‘momentos difíciles’, según recuerda.
Después del descenso de los carmelos, el futbolista estuvo en Grecia, donde vivió días complejos porque no fue tomado en cuenta y eso lo golpeó anímicamente. Ahora en Santa Ana, el portero encontró sorpresivamente la regularidad y aprendió lo que él llama una lección de vida.
El guardameta inició la campaña como suplente de Patrick Pemberton; no obstante, en las últimas jornadas de la fase regular Pemberton sufrió una lesión y a Bryan se le abrió la puerta de par en par.
“Me llena de mucha ilusión la etapa que vivo. Después de mucho tiempo han pasado muchas cosas, el tema de que lo vean a uno por lo menos no fue sencillo. Yo salí de Grecia sin oportunidad y eso me afectó mucho”, recalcó.
El joven de 27 años se refiere a las críticas que recibió en algún momento por el juego aéreo. El hoy campeón de Apertura de la Liga de Ascenso mide 1.74 m; y sobre todo en sus inicios fue visto como un arquero muy ágil.
“He tenido entrenadores que me han recalcado que podría ser una desventaja para mí, pero don Fernando Palomeque (entrenador mexicano) en un momento me puso un panorama muy diferente al que otros me habían planteado y en lugar de nombrar una desventaja, siempre me habló de mis fortalezas”, profundizó.
Bryan señaló que luego de una conversación con el timonel mexicano, comprendió que no debía dejarse vencer por la adversidad.
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“En Nicaragua decían que era el punto negro, la altura, pero yo he podido ser muy fuerte mentalmente y he desarrollado otras capacidades para complementar esto como por ejemplo la potencia en las piernas”, reflexionó el cuidapalos, quien también ha sido parte de la selección nicaragüense.
El guardameta ahora vive un gran momento con los santaneños, por lo que no descarta luchar por volver a defender el arco de la selección de Nicaragua.
“Yo soy consciente que jugar en Europa es inalcanzable para mí o así lo pueden ver, por lo que yo no he tratado de forzar cosas a nivel deportivo. En este torneo entendí que las cosas no se fuerzan, porque vea cómo me llegó la oportunidad de jugar en este campeonato”, añadió.
Por último, el jugador dio a conocer como una de sus grandes fortalezas tener a un futbolista de la categoría de Patrick Pemberton como su competidor.
“Patrick es un amigo futbolístico para mí, tenemos muchos compañeros, pero no siempre la relación es tan cercana. Con Patrick hablamos siempre, él me da muchos consejos, yo le doy los que considero”, finalizó.
A los 27 años, el arquero de Santa Ana se ilusiona con regresar a la Primera División, también con volver al mejor nivel que hizo que lo siguieran en Saprissa y Alajuelense, pese a su altura.